El Blog de Emilio Matei

jueves, 29 de agosto de 2013

Los límites de la democracia

Si hay un tema escabroso es el de los límites de la democracia. Y eso es así porque hay una gran tendencia a dudar de la validez de este sistema político apenas uno pierde elecciones y el que gana es el otro.
Entonces, ¿puede la democracia tener límite?
Por supuesto. Como todo en esta vida, llámese libertad, salud o amor; tiene límite. Mal que nos pese muy a menudo, nadie tiene la libertad de matar a su vecino, el derecho a comer mientras un vecino se muere de hambre o a matar al marido de la amante. Esto último, por amor, claro, por más que se diga que hay amores que matan.

Como se puede intuir,  en la práctica todos sabemos dónde están esos límites, que casi siempre están en el comienzo de algún derecho del otro o de los demás.
En el caso de la democracia, los límites son los delitos de lesa humanidad, aquellas decisiones de cualquiera de los poderes, sean el ejecutivo, el legislativo o el judicial, que actúe sobre el pueblo a desmedro de los derechos humanos. Esos pobres derechos universalmente aceptados pero no tan universalmente ejercidos por las democracias. Dicho de otro modo, ningún estado tiene derecho bajo ninguna condición a asesinar sin juicio previo y fuera de una estructura legal en la que exista el derecho a la defensa, a torturar, etc., cometiendo en el caso de hacerlo, delito lesa humanidad.
Hace poco tuvimos, en Uruguay, un ejemplo muy claro. La gente votó en plebiscito el no enjuiciamiento de los torturadores y asesinos de su último gobierno militar. Cuando el tema se volvió a tratar en las cámaras, muchos bienpensantes dijeron que no se podía pasar por encima de la decisión soberana del pueblo de no rever la historia del último golpe. Teniendo en cuenta lo que dije más arriba y de acuerdo al derecho internacional, ningún pueblo puede aceptar el no enjuiciamiento de los que cometieron esta clase de delitos. De hecho, se acepta que cualquier país puede enjuiciar a cualquier persona, sea cual fuera su nacionalidad, si fue parte de un gobierno que violó derechos humanos elementales como los mencionados.
Ahora nos enfrentamos con un problema un poco más complicado y es el de las elecciones de Egipto, donde ganaron sin discusión Los Hermanos Musulmanes. Este grupo político-confesional no se caracteriza por su amplitud de criterio respecto al respeto del derecho de los demás a creer en quién se les dé la gana. Basta ver los atentados que sufrieron los Coptos, que son cristianos. Pero eso tampoco autoriza al ejército, en forma corporativa, a derrocar al presidente y a hacerse cargo del estado sin tener el más mínimo derecho a hacerlo.
Como se ve, una vez más la realidad se opone a encajar en una teoría. ¡Ufa!

Que alguien trine cuando considere que la democracia no funcionó porque votó a otro haciéndole perder los privilegios de los que gozaba, o que alguien lo haga porque siente que un sistema político tiende a matar de angustia a la gente por la forma en que encara la economía, en el actual sistema democrático no le da ninguna razón o derecho. Así que, como dice la vox populi: si no te gusta andá a llorar a la iglesia.(*) O hacé un partido y ganá las próximas elecciones.

(*) Si llorar en la iglesia no es tu estilo, la democracia te da el derecho a patalear, hacer huelgas o golpear cacerolas y hasta a negociar.

martes, 27 de agosto de 2013

Cerrar filas

Aguad
Que uno es más bueno cuanto mejores sean sus enemigos, es pura retórica. Pero por más retórico que sea uno no puede dejar de sentirlo así. De qué vale ganarle al ajedrez a alguien que nunca pasó del ludo.
El gobierno se ve obligado al luchar con personajes como Aguad, el radical, que dice las cosas porque me lo dijeron, o con tipos como Pinedo, del Pro, que nunca está informado de nada, que da respuestas cansadas y desconcertadas parecidas a las de las modelos cuando les preguntan por la diferencia entre Suecia y Suiza o entre Austria y Australia.
Pinedo
No, con semejantes enemigos no hay nada que hacer.
Por eso hoy amanecí con una gran alegría. Por fin frente a un ataque externo, frente a los fondos buitre y la falsa legalidad que los apoya, la oposición cierra filas con el oficialismo en una evidente defensa del país.

Nunca compartiré ideas con Aguad o con Pinedo, pero no deja de ser muy bueno que dejen de ser pura expresión mediática para convertirse en políticos. Eso los va a favorecer, sin dudas. No se pondrán en contra a cualquier costo, como dicen muchos de los teóricos del derrocamiento de Cristina Kirchner, en una actitud pequeñita de perdedores seriales, para moverlos al campo de la política, de donde no debieron salir jamás. Ojalá les dure.
En Argentina siempre habrá radicales y conservadores, como peronistas en varias variantes. Lo que no sirve para nada son los empresarios disfrazados de políticos bajo la dirección de la batuta torcida de los medios.

lunes, 26 de agosto de 2013

Urgencia humanitaria en Siria

Como en 1999 en Kosovo, la urgencia humanitaria va a ser la excusa para atacar Siria. Ya que es evidente que tanto Rusia como China van a vetar cualquier ataque en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Misil Crucero
El ataque muy probablemente se realice desde cuatros destructores norteamericanos en el Mediterráneo y de algunos submarinos, todo fuera del alcance de alguna improbable réplica por parte de Assad. También participarían aviones franceses e ingleses enviando misiles de largo alcance, de los llamados crucero, en las mismas condiciones. Los alemanes parecen estar remisos a participar físicamente, aunque apoyan la acción. Y los turcos se relamen, ya que dando su apoyo esperan mejorar su relación con la Comunidad Europea y el resto de Occidente y de paso, hacer olvidar la conflictividad interna. Como se ve, la OTAN firme en sus convicciones.
Los blancos preferidos serían los de infraestructura, como aeropuertos y puentes, puestos de comando y arsenales. Tratando de evitar, claro, los depósitos de armas químicas. El momento: tal vez dentro de la próxima semana. Los daños colaterales: los de siempre, la población civil.
Hasta ahora ninguna de las intervenciones armadas dejó otra cosa que países devastados, sociedades destruidas y decenas o centenas de miles de muertos.
Repito: los daños colaterales, como siempre, la población civil.

Todo este análisis no hecho desde la frialdad conceptual sino desde la Argentina de hoy. Con acuerdos o desacuerdos con el gobierno. No hay que olvidar el valor de la paz y el de la independencia. No hay que olvidar qué se arriesga cuando se superan los límites en las luchas internas. Sería bueno recuperar la mirada que tenían nuestros abuelos sobre nuestro país, el de un lugar con buena comida y sin guerras, el lugar ideal para hacer una familia. Tal vez con el agregado de: a pesar de todo.

sábado, 24 de agosto de 2013

Siria y el juez Griesa. Se vienen momentos complicados

Esta vez quiero tratar dos cuestiones en este mismo post.

La primera se refiere al ataque mediante armas químicas en Siria. Ataque cuyo origen no se sabe con exactitud ya que el cohete que liberó los gases salió de una zona aparentemente bajo el dominio de los rebeldes.
Gaseados en Siria
La acusación a Assad de que tenía arsenales químicos y que estaba dispuesto a usarlos, la traté ya el 24 de julio aquí. En ese momento había leído informaciones que daban el comienzo de la intervención de la OTAN para el mes de agosto, las que parecen haber sido correctas.
Pero da la sensación de que volver a repetir lo de Irak, viéndose obligados  a posteriori a reconocer la mentira, ya no resultaba una opción tan buena, a pesar de la soberbia que suelen ejercer tanto Estados Unidos como el resto de la OTAN. Alguien, inspirado, decidió tirar gases y matar a más de un millar de personas, mujeres y niños incluidos. De modo de crear una indignación fogoneada por el monodiscurso mediático. Salvo que no pueden evitar la tendencia a menospreciar a todos y decidieron hacerlo justo cuando una misión de ONU andaba por ahí. Total, nadie se iba a dar cuenta de que jamás Assad habría tirado gases venenosos sabiendo que habría quien pudiera acusarlo de hacerlo.
En concreto, ya están los cipayos europeos preparando sus cimitarras para hacerse cargo de tanta iniquidad. Imagino que estos días veremos la suite. Espolvoreada con la masacre en El Cairo y el caminar por la cornisa de Túnez. De Libia ya no hablo porque es asunto consumado. Unos cuantos muertos más o menos allí ya apenas si son noticia.
Juez Griesa
Y la segunda cosa de la que quiero hablar es de Griesa, lo del provecto y perverso juez, es también muy significativo. El panorama sudamericano, o tal vez debería decir latinoamericano, empieza a transparentar que está bajo ataque. Cómo es posible que a nosotros nos vaya cada vez mejor y que cinco ciudades norteamericanas estén en quiebra. Eso es un despropósito.
 Imagino a un montón de señores, algunos con trajes militares y otros no, todos con el pelo corto y mascando chilcle, inclinados sobre el mapa de Latinoamérica como en las películas de guerra. Salvo que ahora, o por ahora, no hay una guerra clásica.
What do you think about Brazil, Johnny? Preguntaría uno. Y como Brasil tenía mucho dinero en inversiones extranjeras, Johnny diría: retiren los fondos. Que saquen las inversiones de Brasil. Con eso y con la ayuda de narcos y nuevos ricos de clase media los hacemos mierda. ¿Paraguay? No hay problema, eso ya está hecho. Y así uno por uno hasta que le toque a Argentina. Oh, man, a pain in the ass!  A Argentina la liquidamos con obligarla a pagar la vieja deuda, sin quitas y con intereses, dice Johnny, Pero…, duda Morgan, que no es el pirata aunque se le parece, con eso lo dejamos al Banco de Nueva York en falsa escuadra y además dificultamos futuros posibles arreglos de los países europeos. Don’t worry, Morgan, dice Johnny, le buscamos alguna triquiñuela legal que separe el caso del los argentinos del de los demás y listo.
Y lo peor es que es eso exactamente lo que hicieron. Y en un momento en que la situación interna de Argentina no es tan fácil y en el que el resto del mundo, China incluida, trata de reducir sus compras al exterior y de equilibrar sus balanzas de pagos.

La realidad es que Argentina podría resistir bien si tuviera un gobierno apoyado por una mayoría muy amplia. En la situación actual, en la que voltear el gobierno a cualquier costo es el único objetivo de la derecha local y los que la siguen, la supervivencia de un proyecto nacional e independiente se hace cada vez más difícil.

La verdad es que se vienen momentos complicados.

viernes, 23 de agosto de 2013

La lógica descuartizada por los medios concentrados

El caso que voy a contar a continuación, me parece tan perfecto en su razonamiento en contra de toda lógica, y tan propio de estos tiempos que corren, que creo que vale la pena de ser comentado.

En el Delta del Paraná, en la parte que le corresponde al partido de Tigre, se acaba de aprobar una reglamentación que normaliza lo que se puede y lo que no se puede hacer respecto a construcciones. Teniendo en cuenta que el delta es un humedal poco habitado y de cierta fragilidad ecológica, y que está a treinta kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, la reglamentación no parece ser una mala idea. Pero el resultado lo fue.
Las personas a cargo de diseñarlo no tenían, resulta muy evidente, la menor idea de lo que es posible o no de ser hecho en un humedal como este.
No es la primera vez que se intenta reglamentar todo en las islas del delta, pero los usos y costumbres, muy arraigados y particulares, y la dificultad para realizar el contralor, dejan todo esfuerzo regulatorio en desuso casi antes de empezar.
Esta vez, en cambio, vía una gran efervescencia política, la reacción fue inmediata y obligó a la intendencia a dejar en suspenso la nueva reglamentación.

Jorge Lanata
Una cierta derecha supuestamente antipolítica y espectadora de periodistas como Lanata o Nelson Castro, ideólogos de una especie de democracia antidemocrática comprometida en una cruzada por los derechos civiles organizada sobre mentiras flagrantes que nunca se ven obligados a reconocer o desmentir; una cierta derecha, como decía, que reacciona ante cualquier problema social, verdadero o falso, con un gran vigor indignado. Y lo hace con frases que le son inyectadas por esos periodistas. Hoy en día se podría decir, para usar el discurso de moda, que son hablados por los medios monopólicos.

En este caso, una persona, que podemos llamar señorita Blanca, le escribe a la persona a cargo de la intendencia de Tigre, y le dice que hay que cambiar varios puntos del famoso marco regulatorio. La respuesta, que llega de inmediato, es que le haga llegar la propuesta de modo de poder analizarla y, eventualmente, usarla para mejorar la normativa. La señorita Blanca se desconcierta un poco. Una cosa es quejarse y otra muy diferente y trabajosa, sentarse a revisar y corregir una norma. Ni te cuento, a explicitar ideas propias. Pero junta fuerzas y se sienta frente a su computadora. A ella le parece que esta es la manera de que entiendan que se gobierna con el pueblo. Y no lo dice, pero estoy seguro de que lo piensa ya que es consecuencia de la anterior: estas autoridades no escuchan las necesidades de la gente. Ambas frases del bagaje de ese particular periodismo.

Más allá de que no soy partidario del actual intendente, ni mucho menos, hay que reconocer dos cosas:
1ª La demanda fue atendida de inmediato.
2ª El intendente lo es por haber sido reelegido con más del 50% de los votos.

Nelson Castro
¿Por qué dicen que gobiernan de espaldas al pueblo? En un sistema democrático capitalista como el argentino, el pueblo no gobierna sino por sus representantes, que es lo que dice la constitución. ¿Cómo imaginaría la señorita Blanca que debería gobernar con el pueblo el intendente? ¿Hacerle caso a ella en lugar de a la mayoría que lo votó? No lo creo, pero esos periodistas insisten en que el gobierno, que fue reelegido con más del 50% de los votos, gobierna sin oír los reclamos del pueblo. Pueblo que, supongo, tiene un innato masoquismo que lo obliga a volver a votar, en plena democracia y con elecciones cuya limpidez ni la oposición niega, a quien le da la espalda. Y en última instancia, si ese pueblo se equivoca y elije mal, tiene derecho a hacerlo, el derecho que le da ser la mayoría en un país democrático. Y los perdedores deberían aceptarlo.

martes, 20 de agosto de 2013

La importancia del costo de la energía

El estado de bienestar o Estado Providencia (en inglés The Welfare State) es un concepto de las ciencias políticas y económicas con el que se designa a una propuesta política o modelo general del Estado y de la organización social, según la cual el Estado provee ciertos servicios o garantías sociales a la totalidad de los habitantes de un país.

Obreros
Vivir bien significa, en el caso de los asalariados del mundo capitalista, que constituyen la base social y la parte más grande de las poblaciones, tener un buen sueldo en relación a los precios. Un buen poder adquisitivo. Y tener un buen sueldo casi siempre se identifica con las dificultades para exportar en un mundo competitivo como el actual.

Sin embargo en un estado de bienestar, tomando como definición aproximativa la que figura más arriba, existen recursos para mantener sueldos relativamente bajos o con menor incidencia en el precio final de los productos, sin hacerles perder ese poder adquisitivo. Los subsidios a los alimentos, a la energía eléctrica y al transporte, sumados a otros beneficios sociales, cumplen también, y entre otras, esa función. Claro que a costa de pérdida de capacidad para la creación, mejoramiento y mantenimiento de las infraestructuras del país.

El costo de la energía subyace a casi todos los precios que las personas deben pagar. Es bastante obvio que detrás de los precios del transporte, de la calefacción y la iluminación eléctricas, del uso de hornos de cocción o de producción de insumos, y de tantas otras actividades, hay una componente muy importante de costo en combustibles.
Si se toma como ejemplo el del transporte automotor, se verá que existe una componente de capital, el vehículo en sí, y otra de combustibles, naftas y aceites. Para mantener este último costo bajo, habrá que subvencionarlo, lo que implicaría derivar parte de los impuestos hacia ese objetivo, o, producir más combustible y a más bajo costo.

El problema es que la producción de combustibles, como la de alimentos, no siempre es limpia. En la mayor parte de los casos hay que llegar a un equilibrio entre las necesidades a cubrir y la contaminación resultante. Teniendo claro que un cierto grado de contaminación es inevitable, al menos en el estado actual de la tecnología.

El Paraíso
En realidad minimizar la contaminación es un imperativo. Dejar de producir combustibles porque contaminan, es una barbaridad que condena a los pobres, siempre a los pobres, a quedarse en su pobreza.

Las posiciones fundamentalistas que obligarían a las mayorías a vivir en peores condiciones bajo el argumento de que la contaminación nos embarga el futuro, se parecen bastante a los argumentos de las religiones en cuanto a aceptar un presente miserable en función de un paraíso que nos espera más adelante.


sábado, 17 de agosto de 2013

Sueldos, subsidios, prepagas y educación privada

El estado cobra impuestos y los devuelve en forma de infraestructura y servicios.
En países donde existe el impuesto al valor agregado, IVA, el impuesto lo pagan todos. Y para los consumidores en particular, es casi imposible evadirlos. Más cuando se trata de mercaderías de alto consumo como las bebidas sin alcohol o los productos alimentarios de gran producción industrial.
Pero hay otra forma en la que el estado puede devolver los impuestos, no sólo las que menciono al principio, y es en forma de subsidios.

No todos los subsidios, claro, son complementarios de los sueldos. Los más significativos son los que afectan los precios de la energía y del transporte.
Decirlo aquí no implica un gran descubrimiento. Aunque no es tan seguro que su incidencia se cuantifique cuando alguien se refiere al poder adquisitivo de los salarios argentinos frente a los de países vecinos o a la relación entre poder adquisitivo e inflación. Como insiste semanalmente el mailing que realiza el Banco de la Ciudad, en sus voceros de la derecha macrista.

Muchos de los que se quejan de los subsidios y dicen que no los necesitan porque atentan contra la libertad de mercado, se enriquecen mediante el pago de salarios que son posibles sólo por la misma existencia de los subsidios que rara vez aparecen explícitos en las discusiones paritarias. Sus fábricas y negocios, entonces, también los tienen o, como mínimo, hacen usufructo de ellos. Una cuota de subsidio por cada empleado que tienen. Lo que no resulta en un pequeño beneficio, ¿verdad?

Alumnos de colegio privado
Otras quejas se refieren a aumentos de prepagas y colegios privados. Sus aumentos muchas veces se usan para calcular la inflación. Lo que no debería ser así. Las personas que los usan en lugar de patalear por lo que les cuestan sus privilegios deberían preocuparse por exigir al estado que cree mejor medicina social y mejores colegios.

El cambiar dinero por privilegios es un derecho en la sociedad capitalista, pero no es un deber del estado protegerlos o regularlos. Allí sí que la oferta y la demanda deben quedar en libertad. Aunque tampoco va a ser una libertad verdadera porque los empleados de esas empresas privadas seguirán siendo subsidiados por el estado.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Morir en Egipto hoy

La guerra del diario Le Monde, de Francia, no es la misma que la de la CNN. Pero la gente muere igual.
Si cabe alguna duda recomiendo hacer clic aquí: Morir en Egipto.

Un paso más en la desorganización del mundo árabe.
Al momento en que escribo esto no se sabe si los muertos fueron ciento treinta y dos, o seiscientos. El ejército egipcio atacó a la multitud pro Mursi en El Cairo y en varias ciudades más.
Ya se acabaron las eufemísticas balas de goma, ahora todos con balas de verdad. Y una guerrilla, o mejor dicho, varias, que también se van constituyendo.


Cada vez que alguien en Argentina habla de miedo, de violencia y de inseguridad, debería avergonzarse. Y hacer todo lo posible por conservar y defender lo que tenemos ahora.




viernes, 9 de agosto de 2013

Todavía Bach siempre Bach

En el deambular por los canales culturales, en particular por la programación de Films and Arts, me crucé varias veces con el ballet Cloud Gate Dance Theatre of Taiwan. Esta notable compañía que dirije Lin Hwai-min (1947), bailarín y coreógrafo Taiwanés que estudió el teatro clásico chino, la danza clásica en Japón y la danza contemporánea en Nuva York.

Lin Hwai-min
Lin es todo un personaje. Descendiente de una familia de profesionales intelectuales, tiene los movimientos medidos y perfectos de un experto en Tai Chi y Chi Kun y una cierta femineidad y una carga eléctrica interior chirriante y dura que se trasunta por más que su orientalidad se imponga en el exterior. Ese exterior que lo obliga a poner un Buda y las fotos de sus padres en la habitación de cada hotel en el que para creando una lógica aunque inesperada intimidad humana y Kitsch.
Quiero que mis bailarines, en el escenario, no piensen, actúen como animales, dice. Y lo logra. Sus bailarines son perfectos, animales perfectos, precisos.
Pero no es de él en particular que trata esta nota. Sino de su obra. Más específicamente, de la música que utiliza y de la dialéctica que esa música produce con la danza a la que acompaña.
Como no puede ser de otro modo, sólo puedo oír con mis oídos formados en occidente. Y eso tal vez me vuelva, por más que intente evitarlo, prejuicioso. Debo aclarar esto antes de seguir adelante. Just in case.
La mayor parte de las obras de Lin Hwai-min utilizan música concreta o electrónica. A veces, aunque no siempre, con un marcado orientalismo.

Johann Sebastian
Bach
En su espectáculo Moon water, los movimientos son explícitamente basados en el Tai Chi. Y la música, y esto es lo que me parece extraordinario, en seis suites para celo solo de Johann Sebastian Bach, tocadas en vivo por el celista Mischa Maisky.
El resultado de sus anteriores obras, al menos las que tuve oportunidad de ver, acompañadas por otro tipo de música, como dije más arriba, resultan en hechos muy próximos a la plástica. El sonido interactúa con los bailarines en un mismo nivel. Diría que no hay conflicto, sólo un diálogo.
En este caso, la música de Bach dialoga con la danza oriental de un modo que nunca había visto antes por su cualidad dialéctica de reforzar lo mejor de ambos mundos. En particular, la calidad reflexiva de la música para celo de Bach, da consistencia a la profunda intelectualidad del mensaje oriental, quitándole esoterismo y sumándole una cuota de razón que lo modifica y lo aproxima mediante el otorgamiento de una transparencia definida. Crea una puerta en la que el intelecto oriental resulta por fin claro.


Lin Hwai-min, sus conocimientos de ambos mundos, lo ponen en el lugar de comprensión que hace falta para poder crear semejante obra. Pero no en vano elije, de toda la música de occidente, la de Johann Sebastian Bach, y en particular la obra para celo solo. Tal vez por su conexión directa a la condición humana, por su diálogo tan perfecto con esa condición, la que da esa particular atemporalidad y universalidad que siempre establece puentes. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Vivir en un country, la seguridad y otras yerbas

Los barrios cerrados, como los yates, definen con mucho cuidado la alteridad. Quién es el otro. Pero no pueden vivir sin él. Entonces ¿cómo hacer para mantener las distancias cuando el otro está ahí, pegado a nosotros, cuidando, limpiando, cocinando, manejando o reparando?
Entrada a Country
El problema no tiene solución en el mundo real. Sí en la psicología del amo, propietario, dueño, privilegiado, ahí sí. En ese sentido hay algunas técnicas. Lo no nominado no existe, se dice. Borges fue un fanático de esa idea. Pero tampoco es cuestión de innominar tanto al sirviente, que desaparezca por completo y deje de servir. Por lo tanto, hay que negociar. Y la negociación suele terminar con un sustantivo que le quite toda especificidad. La generalización suele ser una buena forma de deshumanizar al sujeto convirtiéndolo en no mucho más que un concepto.

En los yates, que llamo así aunque no me guste el anglicismo, pero es el que mejor define a qué me estoy refiriendo, o en la jardinería, para tomar sólo dos ejemplos, el encargado pasa a ser el hombre. “Decile al hombre que no venga esta semana, hizo frío y el pasto no creció”, “Decile al hombre que salimos el martes de mañana, que llene la heladera”.
Y así el hombre, al que no se ve por definición, sabe cuándo estamos y cuándo no, cómo nos llevamos con los hijos o con nuestras parejas, cuánto queremos o cuánto odiamos a nuestros padres, si recibimos a un amante de nuestro propio sexo o del otro, si somos swingers o si nuestra casa se convierte en un garito clandestino todos los jueves.
El caso más paradigmático es el de los yates no demasiado grandes. El camarote principal, el único o al menos el que tiene una cama doble, suele estar a proa. Pero la proa de un barco es muy angosta, por lo que siempre queda un espacio triangular más allá de la cama señorial. Y allí, a dónde hay que introducirse por un espacio mínimo aislado de la cubierta por una tapa, que en náutica se suele llamar tambucho, aislado apenas por una pared de terciado, duerme el hombre. Duerme mal, en un espacio mínimo y casi vertical, a centímetros apenas de las cabezas de los patrones, para los que él no es más que un objeto, casi una parte del patrimonio, que cobra más por estar a disposición que por el trabajo que realiza: no trabaja casi nada, qué barbaridad.
Pero el hombre tiene oídos.


La recomendación para los que usan de los hombres es que busquen la definición de mercenario y que luego, munidos de ella, lean “El Príncipe”, de Niccolò Machiavelli.

lunes, 5 de agosto de 2013

Profecía autocumplida

Momento raro, éste. Después del caso Snowden, el técnico, más que topo, que denunció el espionaje de los correos electrónicos, redes sociales y todo tipo de comunicación vía Internet, aparece un aviso internacional de peligro de atentados terroristas emitido por los que espían. Uno puede ser exagerado en su suspicacia, pero es difícil no relacionar, no dar una relación causal, a ambas cosas.

Justo cuando la mayor parte de los países, en forma más directa o más sutil según el grado de dependencia política o económica con los Estados Unidos, critican la intrusión de los servicios de informaciones, aparece una eventual justificación de un sistema que no puede dejar de repugnar.
Alerta general. Cierran embajadas norteamericanas y muchas europeas, certificando una vez más la dependencia torpe y obsecuente que adoptan los europeos en la actualidad respecto a su socio más importante debido a una amenaza que tiene como principal consecuencia la justificación de la pérdida de derechos de sus ciudadanos a cambio de una seguridad más que dudosa. Cuando para muchos especialistas, Al Qaeda y otros grupos de terroristas, saben del control que existe sobre las comunicaciones y actúan en consecuencia.

En este contexto la amenaza puede ser cierta o falsa, pero a Estados Unidos le conviene que sea cierta y que, gracias al espionaje masivo, con resultados menores o aún mayores aunque previstos por un sistema cuyos errores en el pasado fueron trágicamente enormes, haya una demostración de eficiencia. Escenario por lo menos peligroso que podría impulsar a algún fundamentalista del fisgoneo a producir una profecía autocumplida, no sea cosa que alguien quiera reafirmar mediante la muerte de personas la validez de un sistema que deteriora algunos de los códigos fundamentales del mundo civilizado. El derecho a la privacidad.