El Blog de Emilio Matei

lunes, 2 de septiembre de 2013

Facebook, la guerra de las buenas conciencias y la mediocridad I

Cada cual hace de su Facebook un florero y lo riega cuando quiere (*).
O más bien lo llena de lo que considera bellas florecillas. Florecillas que lo representan.

Un canto a la mediocridad, y a la modernidad. La Biblia pasó de moda, el I Ching queda para los esotéricos, mejor usar Mafalda. Lo que sería bueno es poner la referencia, como hacen los expertos en la Biblia. Poner, por ejemplo, después de un comentario sobre la bomba atómica en un festejo del 6 de agosto: Mafalda 7, página 42. Eso le daría al comentario un no sé qué, un, qué se yo, algo tan...tan...tan... ¡Un tantán! Como decía Ives Montand en un tema que no recuerdo. Pobre Mafalda, diosa de la modernidad progresista y comprometida de cuyo altar ni yo mismo puedo huir.

De los perritos y gatitos, ya hablé hace un tiempo. Qué más puedo agregar a esta expresión de sensibilidad femenina. Tal vez el comentario de Norman Mailer, en Canibales y Cristianos, cuando dice: la sensiblería es la forma de mostrar sentimientos de los que no los tienen. Aunque tal vez Norman Mailer no sea el mejor referente dado su fama de misógino.

También están los que ayudan a encontrar niños perdidos sin tener la menor idea de quiénes son ni los niños, ni los padres, ni la organización que los busca. Si yo fuera un pedófilo o un tratante de blancas, nombre eufónico y descriptivo casi abandonado para los traficantes de personas (¿por su incorrección?), pondría mis avisos disfrazados de emotivas búsquedas. Publicidad viral, que le dicen.
Además, no hay que olvidar que asociados a los amantes de los niños, bendita sea la polisemia, no hay como organizar una buena cacería al pedófilo con el linchamiento ejemplificador correspondiente. Ejercicio de buena conciencia que se apoya en las redes sociales y que supera en eficiencia a cualquier sistema legal.

Por último, y por ahora “last but not least”, los Gurúes aficionados. Esas personas bienintencionadas que muchas veces ni siquiera saben que trabajan de Gurúes, "beati loro!". (Que en italiano no quiere decir que un loro sea santo sino, “¡feliz de ellos!”)
Son los que todos los días, o cuando se les da la gana, hacen una lista de lo que nadie en su sano juicio debe perderse si es, como mínimo, una persona políticamente correcta con una sensibilidad exquisita similar a la de uno y con un gran corazón inclinado a la bondad. Entonces llenamos nuestros Facebook de lo que alguien considera que no nos debemos perder en el mundo de la cocina, del arte, de las predicciones astrológicas, de los boliches de moda, de la tienda de un amigo que vende corbatas con bailarinas hawaianas impresas, de la banda del hijo adolescente de la prima, ¡de la cultura! y sigue el listado de un montón de otras cosas que nunca suman el espíritu crítico.

Por hoy, termino con la lista de boludeces de Facebook.
Hay gente que me propone que si no me gusta lo que sube, que los borre, que los haga desaparecer de mi prestigiosa cuenta de FB. Pero tengo un problema, le temo a la soledad. Y además, ¿por qué lo haría si los quiero igual?

Releo lo que escribí y recuerdo a un amigo que me decía que con esta clase de comentarios no iba a coger nunca. Y mi triste respuesta es que no me hizo falta hacer comentarios para que eso sucediera, ¡voto a Capusotto!
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(*) Ingenioso juego de palabras sobre un dicho argentino que me veo obligado a aclarar aquí, ya que este blog es leído por gente de muchos países. El dicho original, un tanto delirante, dice: “Cada cual hace de su culo un florero y lo riega cuando quiere.” Se refiere al derecho que tiene cada individuo a disfrutar de su sexualidad como más le plazca. Amén.

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