Marat/Sade |
Hubo una época en la que Uruguay fue muy grande, casi se
podría decir que fue el país más grande de América Latina. Eran tiempos del
semanario Marcha, con sus “Cuadernos”, eran tiempos de teatro en El Galpón que
estrenaba Marat/Sade, y de los muchísimos teatros independientes, eran tiempos
en los que actuaba y se formaba uno de los grupos guerrilleros que más
aceptación tuvo. Los Tupamaros, mezcla de humor, inteligencia y valentía, que
puso a Uruguay en boca de la izquierda,
y la derecha, de todo el mundo(*).
Claro que, en
realidad, lo más importante que tenía esa época era que todos éramos
jóvenes. Yo, un poco más joven que los que crearon ese tiempo, viajaba a
Montevideo para disfrutar de tanta creatividad y tanta inteligencia en un país
todavía libre y que nadie esperaba que perdiera esa libertad. Y mucho menos tan pronto.
La muerte de Eduardo Galeano puso en evidencia que dentro de
poco ese tiempo dejará de ser un tiempo vivido para convertirse en un tiempo
histórico, objeto o tal vez víctima de diversos relatos, variadas interpretaciones,
originales tesis de doctorado. Y por qué no. ¿Acaso no es el destino de todo
tiempo histórico?
Si se me calificara de nostálgico, con la componente de
pocas expectativas de futuro que eso implica, puedo aceptarlo. No sólo por una
cuestión de posición ante la vida. Más bien por una cuestión cronológica. Hay
una época de la vida en la que el tiempo es todo menos sigiloso. Y la muerte de alguien como Eduardo Galeano lo hace explosivo.
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(*) Sí, ya sé, esta es una
lista incompleta y parcial. Pero mi intención no es la de hacer un estudio
sociológico de un tiempo histórico sino, más bien, expresar el sentimiento que
su recuerdo me produce. Sobre todo estos días, sensibilizado por la muerte de
E. Galeano.
Me parece un excelente artículo: analítico y vivencial. Digno de un escritor sensible.
ResponderEliminarMe siento identificada en sus palabras, por cronología y por uruguaya.
Gracias, Emilio, por dedicar un espacio a la partida de un grande y a la cultura uruguaya.
Raquel.