El Blog de Emilio Matei

lunes, 7 de julio de 2014

Nordacas, no tenéis remedio

En medio de un alarmante número de suicidios de cuadros superiores, y no tan superiores, de las grandes empresas tanto privadas como estatales, Francia se va volviendo un ejemplo de políticas dependientes de las finanzas internacionales. Y los resultados son los que se podían esperar. Una gran desestructuración de todos los servicios en inevitable sintonía con la desestructuración de la vida cotidiana.
Los ferrocarriles de Francia decidieron incorporar un nuevo tipo de trenes muy veloces y con mayores comodidades para los trayectos de distancias intermedias. Un total de 341 trenes, dos mil millones de euros. Los trenes se hicieron y esperan desde hace más de diez meses porque los hicieron demasiado anchos para las estaciones. Como el pago de estos trenes se juntaba haciendo una vaquita entre las regiones, ahora quieren que estas paguen los costos del error. Cosa que, por supuesto, las regiones no quieren hacer. En síntesis, nadie quiere poner la platita y la cosa va empezando a juntar polvo. Tal vez algo tenga que ver con eso el hecho de que los saberes sustituyeron a los conocimientos, quién sabe. Cosas del post posmodernismo.

Eso sí, Francia tiene un promedio de puntualidad en sus trenes superior al de Alemania y al de Inglaterra. No sea cosa que alguien crea que son los franceses los únicos irredimibles frente a la famosa precisión anglosajona.


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