En el capitalismo liberal, la ganancia es el único
objetivo, no importa cuántas justificaciones haya para eso, no importa cuán
benigna o ingenua se considere la búsqueda de la ganancia por encima de todo
valor, o cuánto se crea que ese objetivo es bueno para la sociedad en su
conjunto. En realidad, los países en
los que esta forma económica actuó sin límites visibles u ocultos por parte el
estado, la debacle fue, o hay evidencia de que lo será, inevitable.
Lo mismo acaba de suceder en el fútbol del Campeonato
Mundial. La FIFA, que navega como pez en el agua en el liberalismo económico,
debe de haber decidido sobreexcitar a los espectadores, permitiendo a través de
sus jueces, un altísimo grado de violencia. Me imagino que allí donde la
ganancia es optimizada, alguien dijo que hay que dar más material a la prensa
agregando lisiados y muertos, lo que de modo inevitable, subiría las facturas
de publicidad. Todo por mantener a los espectadores prendidos de las pantallas.
Y entonces uno de los mejores jugadores del mundo, tal vez ligado al riñón de la FIFA a través de uno de los
países que tienen más participación en ella, como es el caso de Brasil, cae con
una vértebra lumbar rota y empieza a navegar hacia un destino incierto, como el
de cualquier país cuando enfrenta el default.
Claro que en su caso es desde el punto de vista deportivo, pero, con toda
seguridad, no así como negocio, ya que pase lo que pase, los tomadores de
decisiones de la FIFA van a sacar ventaja tanto si vuelve a jugar, como si
queda lisiado, como si muere. Todo sirve para producir dinero, hasta la
supuesta paz de los cementerios. Y si no, siempre habrá más jugadores y más
países para exprimir.
Interesante texto acerca de una realidad manifiesta del neoliberalismo que, ya sabemos, mata.
ResponderEliminarMata de todas las maneras posibles. Directamente, o con "daños colaterales" Hambreando, o rapiñando países. Y ni que decir de aquellos que intentan oponerse a esa perversa manera de gobernar el planeta.
Reitero, un buen texto aclaratorio acerca del tiempo por el que transitamos los habitantes de este mundo.