Qué aporta la inmigración
Aporta mano de obra, creatividad, costumbres novedosas,
inteligencia y todo lo que puede llegar a necesitar un país para ser
independiente y soberano. No hay que olvidarse que Argentina, por sus riquezas
y su posición estratégica en el mundo, en particular por su proximidad con la
Antártida, es un buen bocado para cualquier imperialismo. El tamaño y extensión
de su población, con el desarrollo consiguiente, puede ser un elemento tanto
facilitador, si es limitada; como desalentador de ambiciones imperiales, si es muy importante.
De dónde venimos
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Inmigrantes italianos |
Unificar a esos inmigrantes tanto por la positiva como por
la negativa, sería un disparate. Lo más lógico es pensar que entre ellos había
toda clase de gente. Buenos y malos, honestos y deshonestos, decididos y
pusilánimes, laboriosos y vagos. Una sola cosa los unió después de una o dos
generaciones, sus hijos y nietos fueron más bellos, más altos, más educados.
Argentina con su excelente alimentación rica en proteínas, su sistemas gratuitos de salud y de educación, pudo lograr ese milagro en pocos años. La extensión y la calidad de su clase media da prueba de ello.
A dónde vamos
La posibilidad de mejorar socialmente con rapidez a los hijos de los
inmigrantes sigue existiendo todavía hoy. Cuanto más y mejor se los eduque, en el caso en que necesiten ser educados, cuanto mejores oportunidades de trabajo se les ofrezca, cuanto más se proteja su salud, más
rápido se los convertirá en argentinos calificados, capaces de recrear, superar
y de defender a nuestro país.
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Inmigrantes bolivianos |
La llegada de migrantes a nuestro país significa, en realidad, el aumento de la riqueza y
una mayor garantía de soberanía e independencia. Negarlo sería perder una de las oportunidades más interesantes que la crisis mundial nos ofrece.
Y, previendo alguna clase de comentario que sé que voy a escuchar, aclaro que decir que los inmigrantes ocupan lugares que, por falta de espacio ya sea en la salud como en la vivienda o en la escuela, deben ser ocupados por argentinos nativos, es tan lógico como decir que hay que matar gente para que se pueda repartir más. Todo ser humano del siglo XXI puede producir muchísimo más de lo que necesita para su supervivencia. Sobre todo en Argentina. Y si no lo pudiera hacer sería por culpa de muy desastrosas decisiones políticas.
Y, previendo alguna clase de comentario que sé que voy a escuchar, aclaro que decir que los inmigrantes ocupan lugares que, por falta de espacio ya sea en la salud como en la vivienda o en la escuela, deben ser ocupados por argentinos nativos, es tan lógico como decir que hay que matar gente para que se pueda repartir más. Todo ser humano del siglo XXI puede producir muchísimo más de lo que necesita para su supervivencia. Sobre todo en Argentina. Y si no lo pudiera hacer sería por culpa de muy desastrosas decisiones políticas.
La miradas serias de nuestros abuelos, la mismas miradas en los inmigrantes actuales, las sonrisas forzadas de los adolescentes que se juntan entre ellos y tratan de sentirse fuertes frente a un lugar desconocido y a un futuro incierto. Quién puede, sin ser una mala persona, no sentir que hay que decirles, no se preocupen, todo va a salir bien.
Y abrirles las puertas.
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