El Blog de Emilio Matei

viernes, 29 de junio de 2012

Teoría del viento de cola

Más negocios por la coyuntura, más riqueza para la gente
Una mentira más


El argumento de que el viento de cola favoreció a la economía de Argentina, vuelve otra vez junto con otros tantos absurdos evidentes.

En principio, la idea de que una economía va bien sólo cuando las condiciones internacionales la favorecen es, por lo menos, incompleta y, por eso mismo, poco seria. Para llegar a hacer uso de los beneficios naturales, como buenas lluvias en momento oportuno o malas lluvias en momento oportuno en los campos de otros países, o de las condiciones internacionales de comercio, hay que pasar por varios filtros. Sobre todo dos:

  1. Cuál es el criterio que guía la economía. Lo que se suele llamar modelo económico.
  2. Qué grado de corrupción hay en el gobierno.
 No pretendo ni podría hacer un análisis profundo de las políticas económicas posibles. Ni tampoco una evaluación de la corrupción de un gobierno. No tengo los elementos para hacerlo. Sin embargo, y con el sólo uso de un mínimo criterio lógico, se puede decir que con un modelo que privilegia a las finanzas sobre la producción, o a la producción agraria sobre la industrial, corresponde una distribución injusta de la riqueza y una gran desocupación. Del mismo modo que un grado alto de corrupción haría que las riquezas se disolvieran en la nada creando gente muy rica en un país muy pobre.
De ambas situaciones ya tuvimos experiencias cercanas. Más, casi siempre van juntas.

Así que, muchachos, si el viento de cola ayudó es indudable que el modelo funcionó y que la corrupción, como mínimo, estuvo lejos de ser determinante.
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Nota: 
Hay dos cosas que resultarían de extrema ingenuidad: Una es pensar que la corrupción cero es posible en nuestro sistema político. Y la otra es que las empresas se conformen con una ganancia determinada y que dejen de luchar para ampliarla y así permitir que el algún dinero siga su viaje hacia la sociedad en general.

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