La calle y la crisis |
Pero
la crisis es mucho más que eso. La crisis es depresión paralizante, hombres que
no pueden levantarse de la cama y mujeres que salen a recuperar viejos oficios,
profesiones abandonadas o sencillamente, a ver cómo pueden traer algo para la
boca, la crisis es el disparador de las peores patologías sicológicas, es la muerte
por infarto, los dientes que no se pueden arreglar y se pierden, las parejas
que se separan, los niños que abandonan el colegio, los adolescentes que se prostituyen,
el aumento de la violencia delictiva y la represión. Nada escapa a la crisis.
El mantenimiento del trabajo, el derecho indiscutible a alimentar a la propia
familia, tal vez obligue a los más débiles a la obsecuencia o a la traición, viajar se convierte
en una pesadilla y la violencia de las calles crece hasta que ya no se puede
salir a pasear o dejar a los niños que jueguen en las plazas.
La inversión de la relación causal
Esperanza
Aguirre, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, se permite decir que: o se
ajustan las cuentas o pasará lo que pasó en Argentina. Yo, con toda honestidad,
no creo que se trate de estupidez, creo que utiliza sólo una forma socialmente
aceptada del asesinato serial basado en el desprecio más absoluto del otro.
No
es así, Esperanza, a Argentina le pasó lo que le pasó por ajustar las cuentas.
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