El francotirador |
El francotirador pertenece a un
grupo islámico. Uno de los tantos que pelean en Siria. Y cuando actúa no se
diferencia de los otros de su mismo oficio. La prueba está en los hospitales,
tantos hombres de distintas confesiones que yacen con piernas inútiles,
emasculados, sin controlar esfínteres. Los que sobrevivieron a la pericia del
francotirador. Que sabe tener paciencia, cómo apuntar, adónde apuntar. Y
apretar el gatillo en el momento preciso. Hacer estallar una vértebra. Y si
hubo suerte, oír los gritos desesperados del herido que obligará a alguno de
los suyos a arrastrarse para rescatarlo. Uno que no puede soportar la desesperación
de un amigo, de un camarada, de uno que pelea por lo mismo que él. Y se
arrastra, y trata de agarrarlo cuando el francotirador da en la diana otra vez.
Y ahora son dos los que gritan. O a lo mejor no, a lo mejor sólo se desangran
de a poco sin terminar de entender qué fue lo que les pasó. O habiendo
entendido, lo que es mucho peor. Y si alguno de los suyos queda con dignidad,
alguno de los suyos se arrastrará también. Y el francotirador se sentirá muy
feliz por tan buena cosecha desde una sola posición.
El resto es posible que huya. Y
desde ese día tendrá que llevar en sus sueños la cobardía de no haber hecho
nada por un amigo, por un camarada, por uno que peleó por lo mismo que él. Sí,
buena cosecha para un francotirador.
Más tarde, si hay suerte, alguno
de los heridos todavía estará vivo. Sin piernas, sin masculinidad, sin poder
controlar esfínteres. Y será llevado a un hospital.
Estas historias, o parecidas,
cuentan los francotiradores que actúan en Siria. Si quieren saber a qué grupo
islámico pertenecen, la respuesta es que a cualquiera.
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