Kevin, de 23 años, fue con unos
amigos a cenar y después intentaron entrar a un boliche. A él no lo dejaron
porque a los patovicas cuidadores de la entrada se les antojó que no estaba vestido como se debía, cosa
que no había impedido antes que cenaran en un buen lugar. Hubo una discusión y
los tipos terminaron por tirarle un tiro que le pegó en el ojo y cuando cayó al suelo le
dieron puñetazos y patadas.
Kevin antes de la violencia |
Kevin perdió el ojo derecho y
tiene un edema cerebral. Todavía no se sabe cómo va a terminar la cuestión. Los
patovas están detenidos en averiguaciones.
Este es el resultado de los
crispados y de la violencia que empieza arriba y termina en los estratos más
bajos de la sociedad, se suele decir. Y también se suele decir que así, con este grado de inseguridad y de violencia, no
se puede vivir más en ese país. Sí, ese país, Francia. El evento sucedió en
Chantilly, que no es sólo una crema sino también un lugar. Un ejemplo más que
muestra como se van bananizando los nordacas. O, un poco más en serio, como lo primero que se globaliza en un mundo capitalista no es la riqueza o la cultura sino la violencia y el individualismo.
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