¿Estamos igual?
Me cruzo con frecuencia, vía
redes sociales, con argentinos que viven en Europa y que poco a poco van
perdiendo la visión de lo que en realidad sucede en Argentina. Y no se trata de
si acuerdan o no con el gobierno actual, sino que en función de los problemas
que sufre Europa y de la misma prensa argentina que trata de dar una imagen de
desastre de la situación local, construyen una realidad ficticia que nada tiene
que ver con lo real. Si se suma a eso la tradicional posición de superioridad
que se le asigna a Europa y Estados Unidos respecto a Sudamérica, la distancia
entre realidad y ficción se hace abismal.
París - Manifestación anti matrimonio homosexual "Democracy is Dead" |
Aceptando muchísimas
diferencias, aún así la situación europea se parece mucho más a la que se vivía
en Argentina entre 1995 y 1997, que la que se vive ahora. Cuando las políticas
neoliberales hacían agua de modo evidente pero todavía no había estallado el
sistema. O, si se quiere ir mucho más lejos, la situación que tenía Estados
Unidos entre 1929 y 1933. En todos esos casos todavía se pensaba que lo que
había que hacer era extremar las medidas neoliberales, es decir, disminuir el
gasto del estado a cualquier costo, cualquier costo social, entiéndase bien, y
proteger a las finanzas.
No pretendo aquí hacer un
análisis sesudo de las diferencias ni tampoco discutir las fuentes de la
información que voy a transcribir. Al fin de cuentas esos datos están al
alcance de quien los busque en organismos internacionales que si bien no
siempre son confiables al menos es seguro que no responden al gobierno.
Posición, contra los políticos
En los momentos más violentos de
las crisis hay una tendencia a buscar culpables. En primer término aparecen los
políticos y luego, si no alcanza, alguna minoría. Llámense judíos, islámicos,
favorables al matrimonio entre gente del mismo sexo o migrantes. Y los
militares o los fascistas aparecen como prístinos e incorruptibles salvadores apolíticos. El que se vayan todos del año 2001 en Argentina se ve hoy en día en
varios países europeos, en cada cual con mayor o menor fuerza y con un estilo
propio, como es lógico. Así como también el consiguiente crecimiento de los
grupos neonazis.
Pero el que se vayan todos referido a los políticos de Argentina fue hace
más de diez años. Hoy en día en Argentina todo se hace vía política e
instituciones, como no puede ser de otro modo en un mundo democrático. Y todos
pueden, de acuerdo a sus militancias, participar de la vida política del país.
En Argentina el gobierno cuenta con jóvenes adeptos organizado en grupos como la Cámpora
y la oposición de derecha, representada actualmente por el llamado Macrismo,
por la
Solano Lima.
Hay, por supuesto, otros grupos juveniles, estos dos son sólo un ejemplo
paradigmático.
Diferencias
Educación:
Argentina aumentó, casi triplicó, la parte del PBI, Producto Bruto Interno,
dedicado a la educación, en Europa hay una tendencia a reducir la escuela
pública o a hacerla paga. Baste ver la reducción de profesores en Francia.
PBI: En Argentina
es positivo desde hace años, con valores que rara vez fueron alcanzados en su
historia. En Europa los principales países tienen crecimiento negativo propio
de la crisis y de la recesión.
Beneficios sociales:
en Argentina crecen, en Europa se achican. En España, por ejemplo, se echaron a
todos los médicos y personal hospitalario que había conseguido prolongar su
tiempo de trabajo de los 65 a
los 70 años. Y los hospitales están en vía de privatización.
Migraciones:
Argentina volvió a ser un país receptor de inmigrantes de todo tipo, Europa
expele profesionales que en sus países de origen no encuentran trabajo.
Ocupación: En
Argentina la desocupación viene reduciéndose año tras año y en Europa crece.
Industria: En
Argentina crece mediante muchas medidas que incluyen subvenciones y créditos
para PYMES y otras que benefician el consumo con el consiguiente crecimiento
del mercado. En Europa se cierran todo tipo de industrias, a veces dejando a
pueblos enteros sin trabajo.
Libertad de prensa:
Argentina debe de ser uno de los pocos países del mundo en los que se puede
dibujar a la presidenta en actitudes sexuales y
llamarla con los apodos más insultantes y más denigrantes sin que exista
siquiera una ley que permita acusar a los difamadores. Baste esto como ejemplo.
En síntesis
Se puede abundar con más
ejemplos, inclusive algunos en apariencia negativos como la inflación demasiado alta, pero creo que con estos alcanza. Reconozco su extrema simplicidad,
pero a veces lo simple tiene una claridad supina que no va a mejorarse por
abundar o agregar datos más profundos.
Pero volviendo al motivo de este
artículo, los argentinos que viven en el exterior deberían ser un poco más
cautos cuando retransmiten sin crítica los comentarios sobre el país hechos por
los medios opositores que son los únicos, prácticamente, que son retransmitidos
por los medios principales de los países centrales.
Es necesario agregar, es verdad,
una observación que me pareció muy oportuna de Rafael Correa, presidente de
Ecuador, cuando fue entrevistado por Ana Pastor, de la CNN en español. Correa dijo
que si bien nuestros países, los sudamericanos, vienen subiendo a toda
velocidad, todavía están muy lejos de tener lo que los países europeos tienen,
aún cuando hayan perdido mucho.
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