El Blog de Emilio Matei

martes, 5 de mayo de 2015

Freud y las ideas tan lindas


Lo que quiero decir es que la vida pierde en contenido e interés cuando la apuesta máxima,
precisamente la vida misma, está excluida de sus luchas.

…,el amor, ciertamente, no es más joven que el deseo de matar.

Si vis vitam, para mortem. Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte.

Freud. Sigmund Freud Copyrights, Colchester.

En este contexto, ¿cómo encajan las madres, y algunos padres, que niegan la muerte y la violencia a sus hijos? Es verdad que no se puede vivir, y menos enseñar a vivir, con una presencia excesiva de Tanatos. Pero su negación es igualmente perversa.
Negarse a dejar jugar a los niños con armas de juguete y hacer sus simulacros lúdicos de vida, de muerte y de violencia, es muy parecido a no hablar de sexo con ellos. Los chicos resultan enviados al mundo real desarmados y equivocados, con las consecuencias que eso pueda tener.

 Las armas que se prohíben son casi siempre las de fuego. Curiosamente los sables y los arcos y las flechas no suelen caer en las mismas redadas. Tal vez porque las madres tienen más miedo a la explosión que a la muerte en sí. Como si más que negar la violencia negaran los sustos. En realidad, en ese contexto negador, todo es posible. Y eso me confirma que no son los niños en sí los destinatarios de esas políticas educativas sino las buenas conciencias de sus padres.

Lo que más me llama la atención es que esas modas antibélicas antiviolencia junto a las ecologistas, casi siempre vienen del mundo desarrollado, el mismo que enseña a los niños a jugar con armas reales y mortíferas apenas tienen la suficiente fuerza como para sostenerlas y que destruyen la naturaleza usándola para su propia conveniencia mientras exportan ideas tan lindas.

2 comentarios:

  1. Absolutamente de acuerdo.
    El niño, cuando juega, "sabe" que está jugando.
    Pareciera ser que los padres, no se dan cuenta del juego de sus hijos, por ello no lo comprenden y es así que terminan censurando el hecho de la "violencia", que en el niño no es tal.
    Pero no sólo con las armas, la actitud represora de los padres, suele abarcar la mayor parte del día en la convivencia y de esa manera, se va formando el niño hacia el adulto.
    Se suelen ver las consecuencias...

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  2. Gracias Helios, tu comentario completa más que adecuadamente lo que quise decir.

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