Diez mil pesos de crédito en cuarenta cuotas, tres meses de gracia y bajos intereses, al menos para lo que son los intereses en Argentina. Se supone, además,
que ANSES consiguió descuentos en las empresas adheridas a este plan. Se esperan dos mil compras por día.
Easy tiene coronita
De
la lista de comercios se desprenden algunos factores negativos para un plan que
es, y eso es indiscutible, muy conveniente para los jubilados.
Entre
los habilitados y los productos que se autorizan para pagar con este dinero,
dejando de lado los viajes en Aerolíneas Argentinas, por ser la línea de
bandera, los comercios son pocos y todos muy importantes. Se trata de las
principales cadenas comerciales de ropa, electrodomésticos, farmacias y
jugueterías. Hay una notable excepción y es la de Easy. Esta empresa es la
única que suministra materiales de construcción y hace la aclaración que sobre
esos materiales no hay descuento alguno. Claro, por qué habría de haberlo si
resulta monopólica por no tener absolutamente ninguna competencia dentro de
este sistema.
A
estos planes hay que agregar una resolución de estos últimos días de aumentar la
cuota autorizada para importaciones de las grandes cadenas de supermercados en
un 25% debido a los resultados positivos de la balanza comercial.
Los privilegios, ganadores y víctimas
Estas
decisiones del gobierno constituyen un privilegio muy importante para las
grandes cadenas de comercialización y una pérdida importante para los negocios
PYMES, que quedan afuera completamente de las ganancias, por el consiguiente
aumento de las ventas, que este sistema va a producir. Teniendo en cuenta la
importancia que tiene el pequeño comercio o la pequeña industria en el
desarrollo de un país y el correspondiente crecimiento en el empleo que
produce, creo que esta situación debe ser resuelta y muy pronto.
La
excusa que oí en varias oportunidades es que la operativa de extender un plan
de esta naturaleza es muy engorrosa y lo haría de muy difícil concreción. La
idea es ir para adelante y corregir los errores a medida que vayan apareciendo.
Eso
me parece razonable sólo hasta cierto punto. Por ejemplo, dejar que la gente
compre los pasajes turísticos y solicite dólares, para después no viajar, y luego revisar quiénes no lo hicieron para que los devuelvan, fue una decisión correcta. En el sentido de no burocratizar las cosas
a priori para no convertirlas en engorrosas y enojosas.
Este
sistema de bajar los controles para acelerar la operatividad y luego revisar y
corregir, es el que los franceses usan, por ejemplo, para la seguridad social.
Y el único objetivo declarado es el de no producir trabas en la ejecutividad sobre todo cuando se trata de cuestiones asociadas a la salud.
Luego, cuando se hacen los controles y como es de esperar, aparecen las estafas
y las picardías de todo tipo. Pero si bien las cifras son importantes, no son
demasiado significativas con respecto al total en juego y pueden ser
recuperadas judicialmente, al menos en buena parte.
Errores y jóvenes
Otra
excusa que oí, muy relacionada con la anterior, es que el gobierno tiene pocos
cuadros confiables para que se encarguen de planificar con más precisión estas
cosas. Por eso, se agrega, hay un impulso tan fuerte hacia la calificación de
los jóvenes y el estimulo para que los jóvenes se posicionen en papeles
ejecutivos. Esto quiere decir que hay que ser paciente hasta que se formen los
nuevos cuadros.
Todo
esto es, muy probablemente, verdad. Pero hay que tener cuidado con las
justificaciones. Los errores son errores por más que se entienda por qué se
cometen. En realidad, como se suele
decir, es muy bueno que pidas perdón por
tus errores pero mucho mejor que no los cometas.
El tiempo todo lo cura, la excusa perfecta
En
los países en los que gobierna la derecha, es muy probable que los reclamos y
las preguntas no sean respondidos, que los problemas no sean ni siquiera mínimamente
reconocidos como tales y punto final. En los países en los que gobierna la
izquierda, aunque no siempre suceda, puede haber algo más de vergüenza en
ciertas cuestiones sobre todo cuando son verdaderas.
De
todos modos, la respuesta estamos
trabajando en eso, no suele ser mucho más que una excusa teñida de
racionalidad que permite terminar con la discusión sin verse obligado a avanzar
en las soluciones. El ¿qué querés que
haga? todo lleva su tiempo, hay que ser paciente, como mínimo pospone el
compromiso hasta algún momento en un futuro
indefinido y lejano en el que tal vez las preguntas se hayan disuelto en el
camino.
En
el fondo hay una terrible lucha entre eficiencia y burocracia. Esperemos que en
Argentina, donde la pelea está que arde, triunfen las ganas de hacer por sobre
los intereses sectoriales, al menos en una proporción suficiente como para que
no se traben las ruedas.
Parece que los principales beneficiarios no son mencionados en este artículo: LOS JUBILADOS. Que nunca antes, con ningún gobierno, tuvieron créditos.
ResponderEliminarEsto parece escrito por un periodista militante...
Francamente, Luis, yo te diría que lo vuelvas a leer. Sé que puede ser un tanto aburrido, o aburridísimo, y pedante de mi parte pretender que te tomes un trabajo tan pesado, pero no creo que se justifique tu comentario. Yo intento ser lo que Cristina llamaría un intelectual crítico y, dentro de mis cósmicas limitaciones, quisiera ser un periodista militante de la verdad.
EliminarHasta hace poco los jubilados eran impulsados a tomar créditos bancarios a tasas usurarias. Alguien del gobierno se dio cuenta y pusieron límite a una práctica predatoria e inmoral. ¿Qué habría pasado si yo hubiera comentado, antes de la intervención del gobierno, que los jubilados estaban siendo estafados?