Pero
es obvio que yo no fui el único que lo pensó, hubo quién no solo pensó lo mismo
sino que actuó en consecuencia
La
toma de Judo
Cyntia Garcia Cinturón negro |
El
luchador de Judo trata de usar la fuerza de su contrincante a su favor. Por eso
creo que Cynthia García, más aún que otro par de noteros arriesgados que intentaron
hacer hablar a la gente y que fueron echados o golpeados, fue una gran judoka. Ella, con una notable inteligencia
y valentía física sumada a una habilidad extraordinaria, dentro de la que lo
femenino no estuvo ausente, consiguió entrevistar a una cantidad de gente,
algunos bastante coherentes y otros al borde del ataque de violencia histérica.
Verla
trabajar me permitió ver con admiración cómo pudo manejar un difícil equilibrio
entre la violencia a la que esa gente había sido inducida por los medios, en
oposición al deseo infinito de la gente de participar como una estrella
mediática de cualquier modo. Salir por televisión ante todo, suprema expresión
del éxito, muy por encima de cualquier otro deseo o sentimiento. En otra
actitud impulsada por la escala de valores que manejan los medios.
Y
entonces hablaron, mal que les pese a muchos, y mostraron lo que eran.
Es
verdad que fueron muchos, pero muchísimos menos que los demás. No fueron la
expresión de una sociedad quebrada, ni la expresión de una particular valentía
popular ya que no fueron agredidos y todos sabían que no lo serían: es difícil
que los pequeños burgueses marchen por las calles si hay un mínimo peligro. Salvo
los que tienen una fuerte ideología o los que sienten agredidos sus bolsillos.
Y en este caso, pese a lo que puedan haber dicho, no estaban en ninguna de las
dos condiciones.
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