Las comunidades españolas tienden a la separación. Las minorías siempre debieron
luchar por el reconocimiento y la aceptación por parte del sistema, representado por el estado español. Mucha sangre les costó
hacer respetar sus costumbres, su cultura, su lengua, de eso no cabe duda. Pero
hoy en día ¿la independencia sería la mejor solución? No lo creo.
Cataluña |
Mucho mejor parece ser parte
una federación en la que cada componente sea respetuoso de los demás. Claro que
estar federado implica compartir éxitos y fracasos. Y cuando uno es el exitoso
esto cuesta bastante. Haría falta un altruísmo, que en realidad es una visión de futuro no inmediatista, de la que
muchos carecen y muchos más están poco interesados en tener.
País Vasco |
Reconozco que el argumento de
orden tan francamente ideológico que acabo de desarrollar más arriba, a muchos
les va a parecer prehistórico, un completo déjà
vu. Pero para mí sigue teniendo una total validez. Más, una validez que es
evidente y que se expresa en el poder deslocalizado e impune de la banca.
Separarse del conjunto me
parece tan antidemocrático como imponerse a la parte más débil. En los dos
casos hay una negación de la posibilidad de poner a todos los ciudadanos
implicados en un mayor e igual nivel de oportunidad y de aprovechamiento de las
riquezas, como efectos principales de los acuerdos superadores de las diferencias.
Y en consecuencia una especie de feudalización.
Que siempre termina con la aparición de un rey lo suficientemente fuerte como para
volver a conquistar todo aplastando a la nobleza
dispersa y ocupada en rencillas menores. Por eso veo a la lucha independentista
como una lucha arcaica, un resabio de ideologías que pertenecen a una época que
ya no existe.
Me asombra, por ejemplo, que Catalunya, y en particular Barcelona, con
su población muy nueva en términos demográficos, haya aceptado con tanta
inteligencia y modernidad a gentes de muchos países que la veían como a una
especie de Shangri La cultural, y se
niegue a aceptar a sus vecinos dentro de una misma federación.
Galicia |
(*) Creo que habría que ver con detenimiento qué ganó y qué perdió Moldavia, la antigua Besarabia rumana, con la independencia que la llevó a ser el país más pobre de Europa.
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