Con mayor o menor presencia en
los medios, el martirio de Siria continúa. Todo parece desarrollarse en una
gran confusión. Pero no pecar de ingenuidad, lo confuso puede tener un signo,
puede ser una de las opciones que tiene algún contendiente en esta lucha en
apariencia tan inorgánica.
Qué difícil es tomar partido
cuando se enfrenta un estado aristocrático y autoritario con mercenarios e
iluminados de todo tipo, armados y estimulados por intereses no tan ocultos
pero invisibilizados por los poderes mediáticos.
Toda Europa se hace eco de un mismo
discurso, primero hizo aparecer esta guerra como una lucha de patriotas insurgentes contra un poder
tiránico. Hoy en día tratan de obviar a esos patriotas venidos de cuanto grupo terrorista existe en los países
islámicos, a esa especie de disparatada internacional islámica supuestamente libertaria,
por impresentable y delictual, y conformarse con despotricar contra el gobierno
de Al Assad.
¿De dónde vienen semejante
cantidad de armas y de infraestructuras para llevar adelante una guerra contra
un poder como el de Assad? ¿Qué beneficio tiene luchar por la libertad? ¿Sólo darse el gusto de torturar y violar?
¿Cuál es el proyecto en el caso de vencer por las armas? ¿El mismo de Libia?
“Hay un laboratorio internacional para la fabricación de la información.
Como al comienzo de las manifestaciones en Siria, los Estados Unidos quieren
hacer creer que se trata de una revolución, aunque en realidad se trate de
terroristas.” Dijo el diputado socialista Adel El Zabayar, que partió para
pelear durante varios meses con las tropas de Bachar Al Assad.(*).
Aunque no se trata sólo de
Estados Unidos. Turquía, miembro de la
OTAN y con una pequeñísima parte de su territorio en Europa, se
relame con el bocadillo que se le ofrece mientras sigue peleando por entrar en la Unión Europea. Los
países del Golfo, también pretenden su cuota mediante la financiación de varios
de los grupos que, mediante un excelente neologismo, alguien llamó islamogangsters. Y Europa, sobre todo
Francia, no quiere quedar fuera del festín.
¿Y los sirios? ¿Los habitantes de
las ciudades y los pueblos? No voy a poner aquí lo de los daños colaterales. Es un lugar común que fue impulsado con tanta
fuerza que logró separar a la sangre, el olor de la mierda y el de los
cadáveres descompuestos propios de la guerra real, de los bienpensantes
cristianos y musulmanes que se manifiestan en Francia, muy preocupados por la
destrucción de la familia que proponen las nuevas leyes sobre los matrimonios
entre homosexuales.
(*)Le Nouvel Observateur. Trad. E.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario