El Blog de Emilio Matei

lunes, 2 de julio de 2012

El país no da para más


El hospital
El hombre viejo se aburre al pie de la cama de su mujer. Están hace varios días en el Hospital Español. La mujer tiene neumonía pero no está aguda así que a veces charlan. Ahora la mujer está durmiendo.
Yo vigilo a mi enferma, que también duerme, en la cama de al lado.
Entra la encargada de la comida y despierta a las dos mujeres.
Salgo al pasillo para facilitar los movimientos de la encargada de alimentar a los pacientes que tiene una enorme mesa con rueditas llena de bandejas de alimentos y un microondas para calentarlos.
Veo una mesita con una pila de más de un metro de altura de pañales para adultos. En otra mesa hay un montón de artilugios. Lo que reconozco son los guantes de goma, bolsas de suero, cañitos con llaves de varios colores y recipientes de gasa y jeringas. Hay otras cosas pero no sé qué son.
Vuelvo a entrar a la habitación.
Las enfermas comen con desgano porciones muy grandes de varias cosas que huelen pasable. El hombre viejo le pregunta a su mujer si va a seguir comiendo, la mujer deja de comer y le dice que no, el  hombre viejo toma los recipientes y los vacía uno tras otro con rapidez. Cuando ya no queda nada se limpia la boca y dice: Este país no da para más. Por televisión dijeron que no se puede importar nada y por eso  en los hospitales no hay ni algodón ni jeringas ni nada. Qué barbaridad.
Para mi enferma faltaron, es verdad, bolsas de colostomía. Por suerte le habían dado, vía Pami, una muestra gratis para que aprendiera a usarlas. Así que el problema se solucionó antes de empezar. Y si íbamos a comprar las bolsas faltantes el Pami reintegraría el importe.
Yo no podía dar fe de que en otros hospitales no faltaran insumos. Pero me dije que si la falta de importados desabastecía la plaza de productos medicinales, en las farmacias de la zona o no habría nada o los precios habrían dado un salto hacia arriba. La realidad es que había de todo y los precios no habían cambiado.

Esta crónica la escribo para tocar en el futuro próximo la imperiosa necesidad de resolver el problema de los monopolios informativos y sumarme a los tantos que también lo piden. Y en ese sentido, ver qué va a suceder entre los jóvenes y el nuevo presidente de México, que no es más que un producto de la publicidad mediática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario