Matei Emilio speculatio Papae renuntiationem
(Reflexiones de Emilio Matei sobre la renuncia del Papa)
(Reflexiones de Emilio Matei sobre la renuncia del Papa)
Acerca de los Papas y de los pobres
El Papa que renuncia queda vivo. Vivo pero mudo, ya que no
tendría sentido que hubiera dos voces máximas, tal vez hasta contradictorias,
para la iglesia. Y ¿qué voz sería la más importante? Desde el punto de vista
institucional, sin lugar a dudas, la del Papa en ejercicio. Pero ¿y la del
renunciante? No, mejor que no vuelva a hablar nunca más. Al fin de cuentas la
clausura, el abandono del mundanal pandemónium, no es novedad para los hombres
de fe. De hecho la iglesia mantiene muchos lugares dedicados al ostracismo y en
los que evitar el trato con los humildes mortales sea condición sine qua non.
Tschüss! |
El Papa decidió dejar de ser Papa. Decidió retirarse a
reflexionar, a estudiar, a tocar a Bach en piano, a esperar a la muerte
consignadora de trascendencias.
Pero cunde un rumor desagradable, un eco sutil y maléfico
que dice que la Iglesia
nunca más va a volver a ser lo que era. Un Papa no debe renunciar, no puede renunciar.
El Papa debe morir en ejercicio. Hasta es preferible que lo
maten si su cerebro caduca. En realidad
no hay que olvidar que el veneno es parte del folclore vaticano tanto como la
existencia de alguna monja cuyos servicios gloriosamente humanos fueron más
allá de lo que se podía esperar del canónico de la abstinencia.
Nunca un retiro voluntario y conciente debe ser una opción
para un Papa, no es aceptable porque lo pone al mismo nivel que un jefe de
estado cualquiera. La investidura papal puede resistir a todas las verdades y a
todas las maledicencias, pero no a la de un Papa con visibles debilidades
humanas tan sencillas como la de ser sensible a las confabulaciones cortesanas.
¿O el Papa es un cobarde que se retira a tiempo para no ser
asesinado? ¿O tan maquiavélico que evitando su asesinato condena a todos los
que los rodean y a sus sucesores a dirigir una institución que nunca volverá a
brillar como antes? Tema para escritores y guionistas.
Muchos sacerdotes, y no necesariamente fundamentalistas,
están horrorizados por un acto papal que consideran como mínimo desconsiderado
hacia la institución. Qué será ahora de los misterios vaticanos, qué será ahora
de los espectros que deambulan por San Pedro convertidos en míseros cuentos de
hadas para niños, en misterios convertidos sólo en presiones e intercambios
basados sólo en el sexo desviado, en el poder y en el dinero.
Pobres, más pobres que nunca los pobres de espíritu con una
institución como la iglesia, que según dijo uno de sus propios miembros para
justificar tanto oro, digno de figurar en el libro Guinness de los records en el rubro hipocresía, es la
encargada de custodiarles la riqueza.
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