La verdad, que no sólo la injusticia de los que
juzgan desde lejos, sino el uso que se hace de esas discusiones, bizantinas en
momentos como estos, tapan las preguntas más serias, esas que ponen incómodos a
todos. Como, por ejemplo: ¿se previó lo necesario? ¿Hay culpables? Y no a la espera de respuestas por sí o por no, sino con datos precisos de qué es lo que se debió
haber hecho y por qué no lo hicieron los responsables en el caso en que los hubiera.
Las camisetas de Cáritas o los uniformes de los Boy
Scouts no parecen molestar a nadie, las agrupaciones juveniles de los partidos
la mayor parte de las veces, sí. Sobre todo si representan intereses antagónicos
a los de las empresas poderosas. Y ni hablar cuando, además, son masivos y
eficientes.
Muy claro y contundente tu decir.
ResponderEliminarMe agrada.
Se quejan de esas pecheras partidarias, desde una visión que, obviamente, reflejan una oposición política y es de esa manera que se expresan, siempre, ante cualquier acto que ellos no pueden realizar.