El banco Santander fue el primero, hace pocos días, en
decir en en público lo que otros sólo decían en privado.
La cuestión es la definición de los problemas concretos que habrá que atacar y cómo habrá que resolverlos, los pasos que habrá que dar cuando se cree una moneda local en alguno de los países de la Comunidad Europea.
La cuestión es la definición de los problemas concretos que habrá que atacar y cómo habrá que resolverlos, los pasos que habrá que dar cuando se cree una moneda local en alguno de los países de la Comunidad Europea.
Una catástrofe total del euro no me parece posible, al menos en los términos en que se negocia en la actualidad. Nada me hace pensar hoy que el euro vaya a
desaparecer. Lo más probable es que se convierta en una moneda de intercambio
regional, tal vez aceptable todavía como moneda, o segunda moneda, en el interior de algunos o muchos de los países involucrados. Una moneda que seguirá sustituyendo al dólar en el interior de la
comunidad. Y de ser así sería bastante tranquilizador para los tenedores de
euros. Aunque no se sepa cuál será su valor luego de la tormenta.
La resolución del problema del euro no es para nosotros, sudamericanos, un
problema retórico o apenas asociado a
la crisis en los mercados con la consiguiente afectación a nuestra balanza
comercial. Hace tiempo que el Mercosur busca una manera de unificar la moneda para que quede, sobre todo, fuera de la dependencia comercial y política que impone el dólar. Por esa razón, aprender
de los éxitos y errores de los europeos, nos puede ahorrar una buena cantidad de
disgustos.
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