Cuidado con el relativismo

No todo es igual, no todo da
lo mismo. ¿Te parece lo mismo ser el que
tiene el revólver en la mano que ser el apuntado? Si lo creés, por favor dame
el revólver a mí. Me voy a sentir mucho más tranquilo y a vos te es equivalente, ¿no?
No tenés de qué
preocuparte, te lo puedo asegurar, ya que yo no voy a tirar. Y no lo voy a
hacer sólo porque creo que la realidad tiene sentido, aunque la mayor parte de
las veces no lo entienda y ni siquiera sepa si ese sentido es negativo o positivo.
Estoy convencido de que no todo es
equivalente, por eso estoy seguro de que si apretara el gatillo te mataría. Y esa misma razón es la que me hace asumir la obligación de no hacerlo.
En cambio, el revólver en
manos de personas como vos, que sí afirman que todo da lo mismo, sería mucho más peligroso. Vos dispararías sin apuro y sin dudar, por una especie de convicción suave, no muy empeñada.
Total, todo da igual.
El comprometerse no garantiza nada, no siempre evita que uno cometa errores, y eso es una pena. Pero la falta de compromiso te hace cómplice del más poderoso.
El comprometerse no garantiza nada, no siempre evita que uno cometa errores, y eso es una pena. Pero la falta de compromiso te hace cómplice del más poderoso.
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