Símbolos Nazis en Plaza de Mayo Lo que no se vio ni siquiera durante el proceso |
El
rabino Bergman y las banderas nazis en un mismo espacio representativo de la
derecha argentina. El rabino Berman y Cecilia Pando, la más activa representante de los defensores del proceso y de los torturadores que disfrutaban más cuando les tocaba martirizar a un judío.
¿Un error? No creo. Tampoco creo que haya habido ninguna connivencia, sólo que al rabino le importa un carajo con quién se junta mientras el contexto sea acorde a su ideología.
¿Un error? No creo. Tampoco creo que haya habido ninguna connivencia, sólo que al rabino le importa un carajo con quién se junta mientras el contexto sea acorde a su ideología.
Dicho
sea de paso, a la Daia y a la Amia, principales organizaciones judías de la
Argentina, les costó un par de días salir con un repudio básico, dando la
sensación de que no les quedaba más
remedio. Tal vez todavía tengan un restito de vergüenza.
Mi
abuelo materno, judío, orgulloso del humanismo al que pretendía representar y
del que se sentía parte, ni siquiera habría podido imaginar que hubiera
personajes tan repugnantes a su concepción de la condición judía. Calculo que
habría soportado con más facilidad a los delincuentes de la Zwi Migdal que a un
tipo como Bergman.
Sé
que tengo lectores judíos, algunos de ellos viven en Israel. ¿Qué clase de país
es hoy Israel? ¿Qué quedó de las grandes expectativas que tuvieron en la
posguerra muchos viejos askenazis como mi abuelo?
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