Cómo consigue una sociedad que los ciudadanos vayan a la
guerra. Cecilia M. me hizo llegar este texto de Erich Fromm:
“Con mucha frecuencia, la sensación de estar amenazado y la
violencia reactiva resultante no se basan en la realidad, sino en la
manipulación de la mente humana; los jefes políticos y religiosos persuaden a
sus partidarios de que están amenazados por un enemigo, y así provocan la
respuesta subjetiva de hostilidad reactiva. De ahí que la distinción entre
guerras justas e injustas, sustentada por gobiernos capitalistas y comunistas
lo mismo que por la Iglesia católica romana, sea distinción muy discutible, ya
que habitualmente cada parte consigue éxito al presentar su posición como
defensa contra un ataque. Difícilmente habrá un
caso de guerra agresiva que no pueda disfrazarse de defensa […]. La tendencia a
fingir que una guerra es defensiva revela dos cosas. En primer lugar, que la
mayoría de la gente, al menos en los países más civilizados, no puede ser
inducida a matar y morir si primero no se la convence de que lo hacen para
defender sus vidas y su libertad; en segundo lugar revela que no es difícil
persuadir a millones de individuos de que están en peligro de ser atacados y
que, en consecuencia, se acude a ellos para que se defiendan. Esa persuasión
depende sobre todo de la falta de pensamiento y sentimiento independientes, y
de la dependencia emocional de la inmensa mayoría de la gente respecto de sus
líderes políticos. Siempre que exista esa dependencia, se aceptará como real
cualquier cosa que se exponga con fuerza y persuasión.” *
Yo quisiera hacer unas observaciones al respecto.
En primer término, habría que definir con cuidado cuáles
son los líderes políticos a los que
se refiere aquí Fromm. Hoy en día son los que controlan los medios, cuando los
medios son monopólicos o muy dominantes, los que son capaces de arrastrar a una
ciudadanía a la guerra. Hoy vemos que los líderes políticos y los medios no
tienen por qué seguir los mismos caminos. El poder real puede no estar en manos
de los líderes políticos, al menos en cuanto a manipulación del pensamiento de la sociedad se refiere. Sobre todo en el caso de los gobiernos democráticos.
Y en segundo término no es sólo la paranoia inducida a la
sociedad, la condición inminente de un ataque letal, la que puede llevar a
combatir, a matar gente, a destruir vidas humanas. También puede ser el dinero
que motiva a los mercenarios, o alguna prebenda que se le ofrece a miserables
que ya no tienen nada que perder. Muchos centroamericanos se unen a los
ejércitos norteamericanos bajo la promesa de ambos, dinero y derecho a una
nacionalidad que les daría futuro para ellos y sus familias.
Cecilia me pide que ponga aquí este link: http://www.youtube.com/watch?v=I6sPCSJu31U&sns=fb
Hay personas que tienen conciencia plena de las palabras de Fromm y luchan, tal
vez con una fuerza escasa e ingenua aunque muy actual, mediante las armas que
las redes sociales les ofrecen, contra el miedo al otro. Y aunque no tengan
éxito, por lo menos dejan constancia y el testimonio seguirá pasando hasta que
la humanidad encuentre la forma de terminar con las guerras.
Jorge Semprún |
Daniel Baremboim |
De chico escuché hablar siempre con orgullo y respeto del humanismo judío. Estos últimos años tuve la sensación, como Semprún, de que ese humanismo había muerto con la segunda guerra mundial, pero personas como el argentino-israelí-español-palestino Daniel Baremboim o este muchacho israelí de Youtube, me dan la cálida esperanza de que un montón de señores vestidos de negro y con largas barbas y patillas, que no pelean los sábados pero se permiten tirar piedras esos mismos días y agredir a todo aquel que no cumpla con sus preceptos religiosos, como, por ejemplo, andar en ómnibus o en ascensor, dejen de ser determinantes en la política israelí.
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* Erich Fromm, El corazón del hombre. México, Fondo de Cultura Económica, 1992 (pp.2122)
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