 |
San Tarsicio |
¿Un Papa marketinero dedicado a la evangelización, la divulgación de la fe
donde nunca la hubo, un Papa orientado a los
mass media y al, como se dice hoy en día, relato, un Papa
ecologista, que apunta a los que cuidan el ambiente y derraman lágrimas por la
flacura del caballo y no por la del humano que lo conduce? ¿San Francisco
Javier, San Francisco de Sales o San Francisco de Asís? A pesar de lo que diga el Papa yo me inclino a la helada
picardía jesuita: una buena combinación de los tres. Lástima que no se haya
acordado de San Tarsicio, el santo que murió niño, el mártir niño, por eso de la pedoflilia tan
transitada por muchos curas.
Apostar al nuevo Papa, como fuente de prestigio para
la Argentina por su eventual
comportamiento positivo, implica la posibilidad opuesta, un comportamiento
posible justo en la otra dirección. Y por consiguiente, el desprestigio que lo
acompañaría. Dicho de otro modo, un Papa argentino o importa o no importa. Y si
importa, como personalmente creo, estamos con la moneda girando en el aire. Y,
reconozcámoslo, tratándose de la iglesia la cara y la seca no tienen la misma
probabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario