El Blog de Emilio Matei

martes, 30 de julio de 2013

Argentina en el mundo I

Francia, en su presidente François Hollande, como en su momento Obama, apoya a Argentina en su juicio en Nueva York frente a los fondos buitres (Hedge Funds). Una actitud positiva frente a la Argentina también la hemos visto con el tema de la fragata confiscada, luego liberada, y la posterior indemnización que estableció la suprema corte de Ghana a favor de nuestro país.

La pregunta es por qué lo hacen. 
Pensar que es por un afán de justicia me parece como mínimo ingenuo. Me parece más probable que se deba a la situación de Argentina como factor de importancia creciente en el medio internacional, así como sus nuevas riquezas asociadas a los valores de las commodities y al desarrollo y la consiguiente capacidad de compra.
Fragata Libertad en Ghana
Y su política de no hacer demasiados planteos públicos de socialismo y antiimperialismo, como hacen otros países latinoamericanos, tiene relación con el mantener buenas relaciones bilaterales. No hay que olvidar tampoco que Europa y Estados Unidos son a pesar de la declamada sociedad comercial e ideológica que dicen tener, países competidores en todos los campos. Que uno se ponga en contra de Argentina podría significar resignar el mercado al competidor.

El previsible desmoronamiento de varios países europeos y al consiguiente caos económico que van a producir, debe ser otro de los factores a tener en cuenta. Esos países no van a poder evitar para mantener una mínima viabilidad como países independientes, intentar resetearse económicamente mediante quitas de la deuda al estilo de lo que hiciera Néstor Kirchner en su momento. Si los fondos buitres ganan, la posibilidad de renegociación de los países que caigan en default disminuirían muchísimo y, en consecuencia, se abriría un abismo cuyo fondo podría ser indeterminado y peligroso en extremo. Y ya se sabe que las finanzas son fundamentalmente conservadoras y lo imprevisto les gusta sólo si son ellas las que lo producen para los demás.

miércoles, 24 de julio de 2013

Cuánto vale la destrucción de un país

Jarry Lewis
 Que Estados Unidos invada Siria con sus propios soldados es improbable. Pero por las dudas, el general Martin Dempsey va haciendo las cuentas. El precio de la destrucción, intervención dice él, depende de lo que el poder civil exija que se haga. Un canto a la democracia, vea.
El menú está compuesto de ataques aéreos para destruir las defensas antiaéreas y las fuerzas navales. Un sistema de exclusión aérea, como se hizo en Libia, para evitar que los rebeldes sean bombardeados y tengan una mayor libertad de movimientos. La protección de las fronteras para permitir el flujo de militantes que se quieran unir a las fuerzas de liberación y para cazar a los miembros del gobierno que se quieran escapar y, como no podía faltar, el despliegue de fuerzas propias para tomar por asalto los lugares en los que se guardan las armas químicas. Otra vez las armas químicas. Y en todos los casos, la sombra de Al Qaeda, y de otras organizaciones islamistas radicales, que podrían hacerse de las armas que se envíen para los rebeldes. Nada nuevo, como se ve.
El momento decisivo parece estar cada vez más cercano. Hay quien dice que será en agosto.

Entonces, que las Honorables Cámaras de Representantes y Obama decidan cuál será el presupuesto que están dispuestos a aprobar. Cuánta plata están dispuestos a gastar.

¿Es muy loco pensar que una guerra civil entre diferentes grupos de rebeldes después de desalojar a Al Assad no molestaría demasiado? En el norte de África, mientras no se acerquen a los pozos de petróleo, que se destrocen entre ellos parece ser un premio adicional.

Lawrence de Arabia
Y mientras tanto, Egipto va cayendo en una situación de anarquía en la que no se ve
Napoleón
ninguna fuerza razonable con posibilidades de organizar el país y evitarle, de ese modo, una guerra civil.
¿Veremos dentro de poco una fuerza de ocupación francesa en Siria y una inglesa en Egipto? ¿Los alemanes querrán su parte también? Demasiadas preguntas. No sé por qué me vienen a la memoria Napoleón, Rommel y Lawrence de Arabia. Claro que ahora luchando hombro a hombro, comandados por Jarry Lewis.

Rommel

sábado, 20 de julio de 2013

Esquistos bituminosos, gas de esquistos y otras lindezas

Lo que no se ve no ensucia

Los verdes europeos están muy preocupados por las fuentes de energía. No quieren saber nada de la energía nuclear y ahora tampoco de la explotación de esa novedad tecnológica que es la extracción de petróleo y del gas de esquistos bituminosos.
Central nuclear en Francia
Muy bien por ellos, mantener la casa limpia debería ser un verdadero apostolado para toda persona de bien. El problema es que buena parte de la competitividad de los países centrales europeos, como Francia y Alemania, esa competitividad que pudieron tener a pesar de sus sueldos importantes, tuvo que ver con el bajo costo de la energía eléctrica producto del uso de las centrales nucleares. Más de cincuenta en cada uno de esos dos países. 
Qué hacer ahora, si las centrales nucleares deberán ser cerradas, y no reemplazadas, a medida que cumplan su ciclo productivo. Qué hacer si el petróleo de esquistos no puede reemplazarlas.
Se dice que la extracción  del petróleo y del gas de esquisto produce contaminación de las napas de agua y, lo que parece más extraño, terremotos. Esto último, verdaderamente, resulta un poco exagerado, pero es lo que se dice

Petróleo en África
¿Los europeos más desarrollados volverán a las cavernas por propia voluntad?

Con toda franqueza, no lo creo. Me parece más posible que la lucha por combustibles y otras fuentes de energía en África, se acentúe. Tal vez algo tenga que ver esto con la invasión a Libia y con la reciente a Mali por parte de los franceses. Muy preocupados, según dicen, por los derechos humanos de los malienses y por al vida de sus propios técnicos petroleros, rehenes de los grupos islámicos. ¿Explotarán los esquistos bituminosos si los encuentran en África? O ahí también tendrán tantos pruritos.
No imagino una delegación de verdes franceses, encabezados por el interminable Cohn Bendit, haciendo un piquete anti gas de esquisto en medio del Sahara. 

Nuestro encanto verde

Eso sí, nosotros no tenemos a África para explotar, pero prohibir toda clase de combustibles por contaminantes o impulsores de deletereos monocultivos, es parte de nuestro encanto verde. Nosotros sí: de cabeza a las cavernas. 


lunes, 15 de julio de 2013

Un pandemónium

Según la Real Academia Española, pandemónium es la capital del reino infernal, o, por extensión, un lugar donde hay mucho ruido y confusión. Parece, entonces, que los diablos son muy desorganizados. Y yo creo que eso no es verdad, los diablos no son los desorganizados, ellos son los que desorganizan a los demás.

Estos últimos días se agregó a la ilegalidad manifiesta del ejercicio de poder que realiza Estados Unidos y sus socios de la OTAN, el atentado a los derechos soberanos de Bolivia, con el rapto de su presidente, Evo Morales, y la cacería internacional de Snowden, el espía arrepentido, muy probablemente un pobre ingenuo que creía en las libertades civiles declamadas, pero que se han dejado de cumplir desde hace mucho tiempo. Recuerdo un slogan que se escuchaba por aquí: A los enemigos, ni justicia. Y teniendo en cuenta quién decide quién es el enemigo, la justicia deja de tener cualquier clase de sentido salvo el que le conviene al más poderoso.

Después del bombardeo
Siria
Hay quien dice que Norteamérica está financiado a cuadros del Al Qaeda que pelean en Siria contra Al Assad. Lo que parece un tanto delirante. Pero lo delirante se está convirtiendo en normalidad en tiempos tan anormales. Lo que sí se sabe es que todas las facciones que pelean en Siria son poco confiables. De ahí que últimamente se hable menos de lo que sucede por ahí. No sea cosa que los héroes se conviertan en los malos, como pasó con el Talibán. Y al fin de cuentas lo que se busca, una vez más, es un país desmembrado y con ninguna capacidad para defender la soberanía, cualquiera fuera la naturaleza política de su gobierno. Los muertos civiles, por supuesto, no cuentan. Son inevitables.

La guerra en Afganistán incluye un buen pedazo de Pakistán. País muy grande, potencia atómica, que nada puede contra las incursiones de drones o grupos de tareas de la OTAN en buena parte de su territorio. El flagrante desprecio de las leyes internacionales y de los derechos a la autodeterminación de los pueblos, no parece ser suficiente para disuadir a los más poderosos. A las víctimas sólo les queda quejarse, pero sin hacer demasiado ruido. No sea cosa.

En Israel un grupo de militares detuvieron a un niño de cinco años por tirar una piedra a un coche. La filmación, hecha por un miembro perteneciente a un grupo pacifista del mismo Israel, es apenas un consuelo respecto a lo que piensa ese país sobre el derecho de los más débiles.


El norte de África arde en una primavera árabe que más se va pareciendo a un invierno. El triunfo de los más organizados, que suelen ser los fundamentalistas islámicos, y de los hipócritas que se declaran tales para poder seguir con sus negocios sucios, va en una pendiente con final imprevisible. O, tal vez, sí sea previsible. El modelo libio puede ser el futuro del Magreb y de otros países más al sur, países destruidos en manos de bandas armadas. E imperialistas en santuarios hiperprotegidos alrededor de las riquezas naturales, en particular, el petróleo. Y rutas en el Sahara cuyas fronteras no son más que puestos de peaje en manos de soldados corruptos de cualquiera de los países de la zona. Puestos de peaje, como digo, en el que se detienen migrantes desesperados que intentan llegar a Europa y caravanas de narcos colombianos protegidos por patriotas tuaregs. En las ciudades más grandes y modernas, como Túnez, Femen, grupo de mujeres que se manifiestan con los pechos desnudos y pintados con consignas, buscan ser reconocidas como seres humanos con derechos y no como parte del patrimonio de los hombres. Lo que muchas veces empieza con el derecho a aprender a leer y escribir.

Por fin, en América Latina habría que tener mucho cuidado. No es momento para cometer errores en la política local. No hay que olvidar que los diablos primero se aseguran de que en un lugar haya partidarios propios antes de concederles el franchising del infierno.

miércoles, 10 de julio de 2013

La OTAN a cargo de las tareas sucias

Después del rapto de Evo Morales, Europa parece confirmar que se entregó con armas y bagajes al servicio de Estados Unidos

En los casos de Irak y Afganistán, toda la OTAN, en su conjunto, participaba de las operaciones militares. Bajo la dirección de Estados Unidos, eso sí, y con la presencia mayoritaria de tropas norteamericanas que ponían el cuerpo a pesar del creciente número de drones, aviones de combate teleguiados, que se usaron y que se siguen usando.

La importancia de la guerra en Libia

Muhammar Kaddafi
Pero a partir de la guerra en Libia las cosas parecen haber cambiado. Por eso me resulta tan importante lo que sucedió en Libia.
Allí la presencia de Estados Unidos fue invisible. Todas las operaciones estuvieron en manos de europeos, sobre todo franceses e ingleses. Salvo que, como comenté en artículos anteriores, las comunicaciones en tiempo real sólo podían ser hechas por los norteamericanos que eran los únicos que contaban con suficiente capacidad en la red. Sin esas comunicaciones las operaciones aéreas de los europeos no podrían haberse realizado y tal vez se habría terminado en una situación más parecida a la de Afganistán, con combates interminables que no permitirían un final, siquiera formal, de las operaciones de la OTAN, como mínimo en el entorno de los pozos de petróleo.

El rapto de Evo Morales

Evo Morales
Creo que en el rapto de Evo Morales y en la prohibición del sobrevuelo de los países de Europa Occidental, la estructura política vuelve a ser la de la guerra en Libia. Estados Unidos permanece en un anonimato que, esta vez, no convence a nadie, y los platos rotos en política internacional lo pagan los europeos. Ya ni siquiera cubiertos por el paraguas de la OTAN.

La guerra de Malvinas


F. Galtieri
Rebobinando la historia de estos últimos años, la guerra de Malvinas me parece que tiene algo en común con la guerra en Libia. Y más allá de si existió una voluntad explícita por parte de sus participantes, es seguro que los ingleses no podrían ir, ni haber ido, más allá de lo que Norteamérica decidiera permitirles. El famoso guiño a Galtieri y los resultados finales de la contienda, no hacen más que confirmarlo.

lunes, 8 de julio de 2013

¿Con todo respeto? ¡Mejor no me respeten tanto!

Con todo respeto, como garantía de la sinceridad y el verdadero interés del emisor del mensaje, por más jodido que sea ese mensaje, y después una barbaridad descomunal, como preguntarse, con todo respeto, eso sí, si un indio puede gobernar Bolivia, refiriéndose a Evo Morales, en un acto de racismo infame y vergonzoso como sólo un afamado periodista como González Oro puede permitirse.

Qué le vas a hacer, a veces hay que preguntar cosas un tanto urticantes, pero todo debe estar permitido en la búsqueda de la verdad.

Plaza Tahrir - Egipto. ¿Con todo
respeto? Es como que reprimen.
Es maravilloso como el idioma se va enriqueciendo con palabras o con usos que permiten la expresión más compleja. ¿Qué significa, por ejemplo, anteceder un con todo respeto a un franco insulto. Es como si esa frasecita tuviera el poder de obligar al insultado a aceptar el insulto sin responder de modo violento. O le otorga, en todo caso, la posibilidad de responder del mismo modo y con la misma violencia limitada a lo verbal. Todo justificado en un auténtico interés en la respuesta que sólo oculta la cobardía que implica el no decir lo que se piensa de modo franco.

Con todo respeto, debo decirte que eres un pedazo de mierda.
— Mira, en realidad creo que no es cierto, lo cierto es, con todo respeto, que tú eres un reverendo hijo de puta.

Lo más probable es que este diálogo, sin los con todo respeto, habría terminado, si no empezado, a los golpes. Así que esta maravillosa locución tiene una componente pacifista evidente, o, más bien, una hipocresía espantosa.

O tal vez no se trate de un giro idiomático tan particular. Tal vez haya que unirlo al discurso impreciso y borroso que se usa en estos tiempos. A lo mejor haya que unirlo, por ejemplo, al como que. Eso sí, con todo respeto.

miércoles, 3 de julio de 2013

La movilidad social ascendente y la necesidad imperiosa de acelerar el proceso educativo

Para que una piedra caiga desde lo alto hacen falta dos cosas, empujarla hasta que supere el borde y la gravedad. Después de esta analogía propia de algún gurú o escritor de libros de autoayuda, que no me enorgullece, entro en tema.

El caso Brasil

Manifestaciones en Brasil
En la realidad brasileña, la gravedad estaría representada por el contexto capitalista y la acción del imperio. Todo sucede allí, como en el resto de Latinoamérica, en esa bruma que nos sumerge. Y el empujón está dado por el ascenso social debido a los gobiernos progresistas, de muchísima gente que adquiere comportamientos de clase media alienada antes de entender cuáles son los resortes, frágiles todavía, que les permitieron alcanzar privilegios que nunca gozaron antes y que ahora pretenden tener. Y que van a terminar perdiendo no por la presión de la clase más baja sino por la acción de la más alta.

Esta realidad confusa y heterogénea, amén de sospechosa, que se pone en movimiento en Brasil y que amenaza por propagarse en la región, puede ser explicada al menos en parte, por el efecto del ascenso social de personas que no lo acompañaron con mayor educación.

Sin un proceso en el que las personas adquieran mediante formación, la independencia de criterio que se requiere para tener la conciencia de su verdadero papel social, con la consiguiente lucidez respecto a quiénes son amigos y quiénes enemigos; lo que sucederá, o ya está sucediendo, es que apenas dispongan de algún privilegio propio de la clase media, tratarán de mantenerlo enfrentando a la clase de la que vinieron hace muy poco. Lo intentarán mediante la adquisición rápida de los vicios de la clase a la que acaban de alcanzar.
Todo el contexto ayuda a que esto sea así. Se trate de los medios concentrados y en manos del neoliberalismo, de las ONGs de financiación oscura o de las religiones y sus instituciones.

La paradoja

En realidad, o el progresismo avanza con rapidez en la educación y formación política y moral de la gente o, simplemente, crea más votantes para sus enemigos.

La pregunta que me hago es si el capitalismo, aún el más humanista, tiene en sí la fuerza necesaria para avanzar en el criterio del bien común antes que en el del privilegio.


lunes, 1 de julio de 2013

Una cierta tristeza

Biocarburantes de todo tipo: biodisel de maíz, carburantes para aviones hechos a partir de caña de azúcar, algas, celulosa, aceite usado de fritura. Una carrera para encontrar nuevos combustibles que puedan sustituir a los fósiles.
Biodisel de maíz

Hay varias razones para hacerlo. La primera y más urgente, es el precio cada vez más alto de los combustibles fósiles que, si bien es cierto que cada vez se encuentran nuevos métodos de extracción, los precios suben en acuerdo con la complejidad que esa extracción exige. Y la otra razón es que su existencia es limitada y a la corta o a la larga, se van a acabar.
Pero, pese a lo que digan los catastrofistas de siempre, todavía hay muchas soluciones que terminan con una nafta usable por los motores de combustión interna que existen en la actualidad. Y, en realidad, eso produce una cierta tristeza.

Desde hace años la ciencia ficción y a veces la misma ciencia, apunta a baterías eléctricas de enorme capacidad, a pequeñas pilas atómicas, a la energía solar y al uso del hidrógeno como combustible. Sistemas no contaminantes, límpidos y eficientes, que alguna vez serían baratos y nos permitirían viajar por todas partes sin las limitaciones que el gasto va imponiendo, hoy en día, cada vez más.

¿Los nuevos combustibles a partir de la biomasa, por resolver el problema de combustible de forma sencilla, van en contra de los desarrollos tecnológicos más innovadores en términos de producción de energía mecánica? ¿Esos combustibles limitarán la inversión en nuevas tecnologías? Esperemos que no.