Existen dos tipos de grandes talentosos. Los que son eximios
en lo que hacen, incomparables en su excelencia, y los grandes creadores. ¿Qué
los diferencia? Los puramente talentosos ejercen su conocimiento, sea artístico, científico,
deportivo o de cualquier otro tipo, hasta niveles superiores. Esas personas son
únicas. Cada una de ellas hace
su aporte para que cada disciplina sea más perfecta y más maravillosa. Pero sólo
algunos, muy pocos, los grandes creadores, producen una revolución en lo que hacen. Al abrir nuevos
caminos establecen un antes y un después, una nueva visión de la realidad. Esa
clase particular de talento se suele dar pocas o ninguna vez por siglo. Se me
ocurre mencionar a Joyce y el Ulises con la incorporación del fluir de la conciencia a la narrativa. Einstein con la teoría de la relatividad en la ciencia. Y
algunos otros, pocos. Maradona es uno de ellos.
Este comentario no tiene que ver con la utilidad ni intenta
priorizar a una actividad sobre la otra. Sólo pretende ser una mirada sobre las
grandes figuras individuales que van dibujando la historia. No intento comparar a Einstein con Joyce, con
Leonardo o con Maradona. Sé que muchos se van a escandalizar con lo que digo
pero si lo hacen no entienden mi punto de vista. Y como no hacerse entender es
siempre culpa del que narra, me disculpo de antemano y sigo intentando aclarar
mi argumento.
Existe un fútbol anterior a Maradona y otro posterior. No
creo que hubiera podido existir un Ronaldinho o un Messi si no hubiera existido
un Diego. No importa quién haya hecho más goles o ganado más premios,
campeonatos o, simplemente, partidos de fútbol. Diego Armando Maradona fue el
gran transformador del fútbol. Su manejo de malabarista de la pelota, el “jueguito”,
cierta forma de mover el cuerpo al usar a su contrincante como eje de rotación,
apoyándole la espalda manteniendo la pelota a cubierto con su cuerpo, y con
toda probabilidad otras cosas que un experto en fútbol podrá contar mejor que
yo. Esta capacidad creativa le permitió, como se suele decir, cargarse equipos
bastante mediocres por cierto, al hombro, y llevarlos al campeonato.
Extraordinarios jugadores como Pelé pertenecen a otro fútbol
y si bien todavía pueden hacer grandes partidos, siempre quedarán atrás de los
que pertenecen a la nueva manera de jugar que impuso Maradona. Fíjense si no al
portugués Ronaldo. Él puede perfectamente compararse a Pelé. Es indiscutible
que es un gran jugador, pero sus recursos son limitados frente a un Messi.
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