El Blog de Emilio Matei
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jueves, 30 de mayo de 2013

Yo pago mis impuestos

Este artículo está dedicado a los que insisten una y otra vez diciendo que pagan sus impuestos, por lo que tienen tanto derecho a exigir como a tener privilegios respecto a los que, supuestamente, no los pagan: los beneficiarios de los planes sociales, de los subsidios y de otras prebendas que les resultan insoportables y nada más que una muestra de populismo.

Toda la infraestructura de un país está hecha en base a los impuestos. ¿De dónde saldría si no el dinero para hacer puentes, caminos, hospitales públicos, salitas de primeros auxilios, escuelas primarias y colegios, universidades e institutos e investigación? Y quiénes son los que nunca pueden dejar de pagar los impuestos.
¿Usará el transporte
subvencionado de
alguna ciudad?
Curiosamente, y pese a lo que la intuición diga, son los más pobres. Son los que gastan todo lo que consiguen, sea por vía de salarios en blanco o por alguna fuente informal o clandestina de conseguir dinero, en comida y ropa, ya que no tienen mucho resto para hacer otro tipo de gasto. El Impuesto al Valor Agregado, el famoso IVA, es pagado por todos los consumidores. En particular los pobres, ya que ellos tienen poca posibilidad de evadir mediante operaciones de compra venta o por dibujos contables.
Las Leñas - Centro de esquí
Por lo que muchos pobres podrían enojarse con todo derecho al ver que sus impuestos son usados para, por ejemplo, obras de infraestructura que nunca va a usar: rutas, compañías aéreas o  ferrocarriles y todo tipo de transporte público subvencionado, hospitales que por las distancias, de necesitarlos sería un milagro que consiguiera llegar a ellos a tiempo, mejoras en las playas e infraestructura turística y tantos privilegios más para los ciudadanos que pueden hacer usufructo de ellos. Pero no, son los ciudadanos de clase media, los que pueden hacer uso de todo lo que les brinda el estado, los que se quejan del uso de los impuestos que pagan. De lo que no pagan o evaden, no, claro. Sólo los ciudadanos de clase media son los que acceden a los paradigmas culturales de Estados Unidos, de dónde viene el típico reclamo sobre qué hace el estado con sus impuestos. Teniendo en cuenta que para la tradición norteamericana, toda intervención del  estado es socializante.

Así que la asignación universal por hijo es al menos una devolución justa. Lo mismo puede decir el jubilado que consiguió la jubilación aún cobrando la mínima por no haber cumplido con los años por vía de la crisis o porque algún empleador no se los registró. Por lo menos algo de los impuestos que pagan inevitablemente esas personas, les vuelven.

Y si entre ellos hay vivos que se aprovechan, en las clases media y alta suele haber vivos que explotan mucho más las posibilidades que les da un estado benefactor. O cualquier clase de estado. Y si hablan del uso que hacen muchos de los pobres de su dinero, mejor no preguntarse qué uso hacen muchos de los miembros de la clase media o de los ricos.

lunes, 1 de abril de 2013

Pobres, ricos, golpe de estado y voto calificado

Los pobres votan a quien les da más


De todas las estupideces declamativas que se escuchan estos días, la de que los pobres votan a quién les da más, o a tal o cual candidato porque les conviene, es una de las mayores.

Ricos
Y digo estupideces porque no tienen ningún valor. No es ni una equivocación ni la expresión de otra vertiente ideológica, hasta la mayor parte de las veces es verdadero. Lo disparatado sería pensar, al menos en un mundo capitalista donde el propio éxito es el objetivo más preciado, que alguien vote en contra de sus propios intereses por alguna u otra razón. O ahora resulta que los ricos votan sólo por motivos morales o altruistas.

Los pobres votan al candidato que les conviene


Y la respuesta podría ser afirmativa. Los ricos tienden a convencerse de que sus razones están basadas en cuestiones morales y altruistas. El puritanismo les dio la justificación que necesitaban. Votar por la propia conveniencia es votar la palabra del Señor. La riqueza en sí es la demostración palmaria de que Dios los había preferido. Y esa preferencia debía estar basada en una razón suficiente. No iba Dios a premiar al réprobo, no cometería tamaño error. Por consiguiente el pobre lo era por la misma razón aunque de signo opuesto, si se quiere ser justo. Por algo será que el pobre es pobre. Con seguridad había sido castigado por Dios y por eso su condición.

Los pobres son inmorales


Pobres
Y ya que estamos, valdría la pena mencionar a la visión protestante, optimista y algo esotérica,  que venden los ricos, y que se expresa en el decir que si se desea algo lo suficiente y con suficiente obcecación, se consigue. En consecuencia el pobre lo es por la debilidad de sus deseos de progreso y por su inconsistencia. Si la pasa mal, él se la buscó.
En síntesis, el pobre debe quedar como tal. Y ya que estamos le podemos asignar todos los males. Empezando por lo poco confiable que es en el cumplimiento de los diez mandamientos.

¿Pero no era el reino de los cielos de los pobres? ¿No era que era más fácil pasar un camello por el ojo de una cerradura que que un rico acceda al paraíso?
Es evidente que los católicos, los papistas, están menos equipados para la modernidad. Desde el punto de vista puritano, sustrato moral del capitalismo, parece que hubieran permanecido en el medioevo.

Esto que escribí me parece que se parece a lo que en derecho se llama confusión. Uno es bendecido y maldecido al mismo tiempo por la pobreza o la riqueza. Qué lío, aunque hay que reconocer que la ambigüedad es esencial a cualquier libro sagrado, desde la Biblia hasta el I Ching. Los libros sagrados deben servir a todo el mundo, no importa cómo se sea o se piense.

Voto calificado o golpe de estado


A los poderosos les quedan dos salidas. La primera sería convencer mediante los mass media a los pobres de que voten por los intereses de los ricos. La segunda tiene varias variantes que van desde el voto calificado hasta el golpe de estado. Cualquier sistema que evite que las mayorías, que siempre son de pobres, voten según sus intereses propios. Intereses que por su naturaleza son chabacanos, bajos y egoístas: comer en lugares caros y buenos, viajar por todo el mundo, mandar a los hijos a escuelas de excelencia, sistema de salud de la más alta calidad, etc. 
Los intereses que corresponden, como cualquier persona decente tiene que saber, son los otros, los de los muy espirituales ricos. Que quieren lo mismo, pero en exclusiva.

domingo, 10 de marzo de 2013

De Papae et pauperem - El Papa renuncia

Matei Emilio speculatio Papae renuntiationem
(Reflexiones de Emilio Matei sobre la renuncia del Papa)

Acerca de los Papas y de los pobres

El Papa que renuncia queda vivo. Vivo pero mudo, ya que no tendría sentido que hubiera dos voces máximas, tal vez hasta contradictorias, para la iglesia. Y ¿qué voz sería la más importante? Desde el punto de vista institucional, sin lugar a dudas, la del Papa en ejercicio. Pero ¿y la del renunciante? No, mejor que no vuelva a hablar nunca más. Al fin de cuentas la clausura, el abandono del mundanal pandemónium, no es novedad para los hombres de fe. De hecho la iglesia mantiene muchos lugares dedicados al ostracismo y en los que evitar el trato con los humildes mortales sea condición sine qua non.

Tschüss!  

El Papa decidió dejar de ser Papa. Decidió retirarse a reflexionar, a estudiar, a tocar a Bach en piano, a esperar a la muerte consignadora de trascendencias.

Pero cunde un rumor desagradable, un eco sutil y maléfico que dice que la Iglesia nunca más va a volver a ser lo que era. Un Papa no debe renunciar, no puede renunciar.
El Papa debe morir en ejercicio. Hasta es preferible que lo maten si su cerebro caduca. En realidad no hay que olvidar que el veneno es parte del folclore vaticano tanto como la existencia de alguna monja cuyos servicios gloriosamente humanos fueron más allá de lo que se podía esperar del canónico de la abstinencia.

Nunca un retiro voluntario y conciente debe ser una opción para un Papa, no es aceptable porque lo pone al mismo nivel que un jefe de estado cualquiera. La investidura papal puede resistir a todas las verdades y a todas las maledicencias, pero no a la de un Papa con visibles debilidades humanas tan sencillas como la de ser sensible a las confabulaciones cortesanas.

¿O el Papa es un cobarde que se retira a tiempo para no ser asesinado? ¿O tan maquiavélico que evitando su asesinato condena a todos los que los rodean y a sus sucesores a dirigir una institución que nunca volverá a brillar como antes? Tema para escritores y guionistas.

Muchos sacerdotes, y no necesariamente fundamentalistas, están horrorizados por un acto papal que consideran como mínimo desconsiderado hacia la institución. Qué será ahora de los misterios vaticanos, qué será ahora de los espectros que deambulan por San Pedro convertidos en míseros cuentos de hadas para niños, en misterios convertidos sólo en presiones e intercambios basados sólo en el sexo desviado, en el poder y en el dinero.

Pobres, más pobres que nunca los pobres de espíritu con una institución como la iglesia, que según dijo uno de sus propios miembros para justificar tanto oro, digno de figurar en el libro Guinness de los records en el rubro hipocresía, es la encargada de custodiarles la riqueza.