Civilización, en sentido amplio, implica una serie de
instituciones y leyes. Entre ellas el principio
de inocencia. Que deviene en el es
preferible un culpable libre que un inocente en la cárcel. Una sociedad que
no respete el principio de inocencia y sus conclusiones, no es una sociedad
civilizada.
La observación de este principio no es sencilla. Hay
agresiones que producen en la víctima la necesidad más determinada de venganza.
Venganza que nadie se atrevería a considerar exagerada o inmotivada. Y es la
sociedad en su conjunto la que debe mantener la ecuanimidad, una ecuanimidad
que muchas veces , como dije, no se puede pedir al agredido por la enormidad
del daño sufrido. Dicho en términos simples, si me matan a un hermano, lo más
probable es que yo quiera matar a su asesino. Y es la sociedad que, aun
comprendiendo mis sentimientos y mis motivaciones, debe evitarlo. Sólo las
instituciones, las leyes, son las encargadas de castigar los delitos, por
salvajes que sean. Eso es parte de lo que llamamos la civilización.
Refugiados sirios |
Se sabe que en Medio Oriente, hay vastas zonas en las que
hay fuerzas militares que se oponen a los deseos de Occidente. O, dicho con más
precisión, a las necesidades imperialistas, culturales y, sobre todo,
económicas, de Occidente. Pero estas fuerzas están mezcladas con la población
civil. Cualquier ataque va a producir más muertes civiles que otra cosa. Esa es
una especie de ley, ya que los militantes suelen tener una organización que les
da la experiencia e información necesaria para mejorar sus probabilidades de
supervivencia.
Por más malo que sea
un gobierno, siempre hay algo peor: la supresión del gobierno,
dijo Hippolyte Taine, filósofo e historiador francés
(1828-1893). Y aunque esta declaración no pueda ser considerada en términos
absolutos, ya que hay gobiernos completamente deletéreos hacia sus poblaciones,
no deja de ser verdad en la amplia mayoría de los casos. Las experiencias de
Afganistán, de la Franja de Gaza, de Irak y de Libia y de buena parte de Siria, así lo demuestran. Y Cameron, primer ministro británico, augura varios años de lucha en Medio Oriente para terminar con la actual amenaza islámica. Lo que no puede terminar más que con una total destrucción de las estructuras socio-políticas de la zona, ya de por sí casi inexistentes en la actualidad.
El capitalismo propone por estos tiempos algo que podría
llamarse el principio de conveniencia. Y
conviene lo que produce ganancia.
Este principio
parece sobrepasar a todos los demás. Muy parecido al de la obediencia debida,
hay una especie de conveniencia debida.
¿Veremos algún día una especie de Núremberg en el que se juzgue a los que
destruyeron infinidad de vidas bajo la excusa de que eso era lo que más convenía? Léase, ¿lo que más
ganancia producía?
Con todas sus limitaciones, el concepto de civilización va
siendo aplicable cada vez menos a los países a los que tradicionalmente se les
adjudicaba.
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