Internet no está en otra dimensión, está donde estamos todos.
Por lo que es difícil que tenga muchas más aberraciones, o más certezas, de las
que podemos encontrar en las otras fuentes de información que manejamos. La
diferencia está en la en la facilidad de acceso y la consiguiente socialización
de la información que produce, más un pozo sin fondo de nuevas posibilidades a descubrir. Y esto, desde la invención del telescopio o de
la imprenta, pone nerviosos a los que no la entienden, no la pueden manejar o no quieren tomarse el trabajo de entenderla y,
sobre todo, a los sacerdotes del conocimiento que reclaman para sí el
monopolio y los consiguientes privilegios que éste otorga.
No me cabe duda de que así como la imprenta produjo más
lectores, internet va a producir más científicos. Y sí, también más esotéricos,
más pedófilos, más delirantes, más artistas... Y cada cual deberá, mal que le
pese, enfrentar a muchos más competidores. Y eso, como dije, pone nerviosos a
algunos.
Como agregado habría que decir que cada avance tecnológico
produce un cambio en la cosmovisión, un cambio en la conciencia de la realidad
que tenemos. Y el signo de ese cambio para mí es, a la larga, positivo. Al
menos cuando me siento optimista y miro a la edad que alcanzan algunas personas por estos tiempos y no a las guerras nuestras de cada día.
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