El Blog de Emilio Matei

miércoles, 19 de marzo de 2014

La cultura taxística

La cultura taxística. Ni la de la taxidermia ni la de la taxonomía. Sólo la que se obtiene por andar en taxi por la Ciudad de Buenos Aires. Una sociología cómoda en el sí lugar en el que hay tiempo para hablar de cualquier cosa para competir en el desahogo de una carga que, aburrimiento en un caso, cansancio en el otro, sólo se puede aliviar hablando.
Carrefour, incrocevia, crossroads, Kreuzung; en cualquier idioma, encrucijada, el lugar en el que fluye la información de una clase a la otra. Pero no me refiero a clases sociales, aunque suele haber una clara diferencia de clase social, yo diría en estos casos: de clase de gente. La clase de gente que se puede permitir obviar el transporte público masivo y los policías y militares que hacen horas extras, los divorciados sin negocio, porque el negocio le quedó a su ex mujer, algo desorientados, y otros ejemplares de una fauna muchas veces resentida por un tipo de trabajo que en las grandes ciudades es casi siempre inhumano.

Y por fin, la señora que va a la peluquería o al estudio en el que ejerce su profesión o al canal o emisora que la tiene como columnista, el señor de traje que viene calculando cuanto ahorra si no trae el coche y evita el costo de estacionamiento y otras tipologías del mundo pequeño y no tan pequeño burgués, que obtienen de primera mano una visión completa de lo que sucede al pueblo. La estadística de un solo caso en la que la referencia se la da un calificado chofer de taxi, sujeto privilegiado que se formó en la, así llamada, universidad de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario