El Blog de Emilio Matei

jueves, 30 de agosto de 2012

El hombre, la música y el asombro

El hombre construye instrumentos musicales.
Tal vez el primero haya sido el arco musical, el tendón de algún animal extendido en un arco de madera y la boca del ejecutante como caja de resonancia. O la percusión de cualquier cosa contra cualquier cosa siguiendo un ritmo. Y luego de muchos años de avances tecnológicos, prueba y error, gustos personales y sociales y tantas otras variables, los instrumentos de todo tipo capaces de producir sonido, llegan a un alto grado de perfección. Hasta que irrumpen las válvulas electrónicas y después los transistores y, en consecuencia, los instrumentos electrónicos que permiten que cualquier sonido, por extraño que parezca, sea posible y amplificable tanto como se quiera.
Y el hombre, siempre insatisfecho y eterno creador, vuelve a las posibilidades que les da su propio organismo, su propio cuerpo, en apariencia tan limitado, para reproducir toda la música que su ingenio le permitió crear con instrumentos complejos. Curiosa ida y vuelta.

Si cabe alguna duda sobre este tema, recomiendo darse una vuelta por
Sobre todo en la segunda mitad, donde los dos músicos tocan juntos.

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