El Blog de Emilio Matei

domingo, 16 de septiembre de 2012

La revuelta en el mundo musulmán y las embajadas

Hay momentos especiales en la historia actual en las que uno quisiera, más que nunca, saber qué se está cocinando en realidad.

Interior de la embajada norteamericana
Bengazi - Libia
Cualquier motivo es suficiente para encender la mecha en los países árabes que parecen ser un auténtico frente de batalla mundial por la hegemonía comercial intercapitalista y el dominio del petróleo. Bengazi, Yemen, Egipto, Irán, Gaza, Marruecos, Túnez, Sudán, Irak, Cachemira y Bangladesh. Y mientras escribo esto se van uniendo más y más países.

Se dice que un ataque coordinado como el de Bengazi no podía ser resuelto de manera espontánea sólo porque una película no gustó o resultaba ofensiva. Salvo que haya habido gente estructurada y preparada para atacar que sólo esperaba una orden. O un motivo.

Por un lado leo que había información de inteligencia respecto al ataque a la embajada norteamericana en Bengazi, Libia, que terminó costándole la vida al embajador y a otras dos o tres personas.
Por otro lado se dice que no había información de inteligencia suficiente como para tomar recaudos.

Qué preocupa más a Estados Unidos, ¿que el conocimiento de los ataques no haya alcanzado para detenerlos o que no existiera ningún dato previo sobre la preparación de los ataques?

Y por qué no se toman recaudos siempre, haya o no datos precisos sobre un ataque.
Se supone que las embajadas norteamericanas son un blanco fijo, disponibles en cualquier momento para ser el objetivo de agresiones de cualquier tipo. Y en tiempos muy turbulentos, como los que vivimos, en los que Estados Unidos gasta fortunas en guerras, se podría poner  algo de dinero en la mayor seguridad de su cuerpo diplomático.

Cómo es posible que una banda, a veces armada y otras no, consiga entrar a una embajada, como suelen ser las norteamericanas, y hacer enormes destrozos sin recibir una resistencia seria desde adentro.

Se me ocurren un par de respuestas. Una es que la burocracia diplomática norteamericana hace mover a la seguridad de una manera muy morosa y la otra es que se buscan esta clase de eventos.
Como yo no soy muy amigo de las teorías conspirativas, aunque a veces sean las únicas hipótesis que justifiquen los hechos, me parece más probable que el tema sea burocrático, que nadie quiera gastar tiempo y dinero en seguridad. Dinero que puede ser usado de manera más útil para el bolsillo del diplomático, sobre todo si viene en la forma de fondos reservados.

En realidad, parece ser, por lo que se está viendo ahora, que embajadas de otros países desarrollados, como Alemania e Inglaterra, tampoco tienen claro cuál es la situación real y cuáles son los riesgos.
Entonces, que después no se quejen.

Como dije al principio, me gustaría saber qué se está cocinando. Porque estoy seguro de que en cualquier momento la cacerola va a estallar.


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