El rugido del ratón (1959) fue
una película en la que extraordinario cómico Peter Sellers hacía varios papeles
desopilantes, desde un primer ministro hasta una reina estilo reina Victoria. La
idea del primer ministro de un país insignificante y en bancarrota, era invadir
a Estados Unidos. Desembarcar en Nueva York y rendirse enseguida. De ese modo, pensaba,
podrían recibir ayuda del tipo del Plan Marshall y resolver los problemas
económicos.
La película era muy graciosa
y desde todo punto de vista recomendable aún hoy. Sin embargo, cuando en la realidad una fuerza de poder
despreciable ataca a un país poderoso, hay que desconfiar.
¿Quién podría ser tan ingenuo
de pensar que los sirios que bombardearon a Turquía, pensaban tener éxito? Y en
cambio Turquía, un país poderoso con poderosas fuerzas armadas, responde
militarmente y, para colmo, es parte de la Otan. Y cualquier país de la Otan
puede pedir colaboración a los demás en caso de ser atacado.
Quién está, entonces, detrás
del ataque sirio. Quién puede estar interesado, en un país en franca guerra
civil, en el que Occidente pide que
el presidente renuncie, en ponerse mediante acciones de hecho en contra de
Turquía y toda la Otan.
Creo que esta historia va a terminar muy diferente de la película. Va a terminar francamente muy mal. Y espero que los Kurdos que se distribuyen entre Irak, Turquía y Siria, no terminen pagando con sus vidas, como siempre les sucede, los reacomodamientos del los imperios que los circundan.
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