El Blog de Emilio Matei

miércoles, 10 de julio de 2013

La OTAN a cargo de las tareas sucias

Después del rapto de Evo Morales, Europa parece confirmar que se entregó con armas y bagajes al servicio de Estados Unidos

En los casos de Irak y Afganistán, toda la OTAN, en su conjunto, participaba de las operaciones militares. Bajo la dirección de Estados Unidos, eso sí, y con la presencia mayoritaria de tropas norteamericanas que ponían el cuerpo a pesar del creciente número de drones, aviones de combate teleguiados, que se usaron y que se siguen usando.

La importancia de la guerra en Libia

Muhammar Kaddafi
Pero a partir de la guerra en Libia las cosas parecen haber cambiado. Por eso me resulta tan importante lo que sucedió en Libia.
Allí la presencia de Estados Unidos fue invisible. Todas las operaciones estuvieron en manos de europeos, sobre todo franceses e ingleses. Salvo que, como comenté en artículos anteriores, las comunicaciones en tiempo real sólo podían ser hechas por los norteamericanos que eran los únicos que contaban con suficiente capacidad en la red. Sin esas comunicaciones las operaciones aéreas de los europeos no podrían haberse realizado y tal vez se habría terminado en una situación más parecida a la de Afganistán, con combates interminables que no permitirían un final, siquiera formal, de las operaciones de la OTAN, como mínimo en el entorno de los pozos de petróleo.

El rapto de Evo Morales

Evo Morales
Creo que en el rapto de Evo Morales y en la prohibición del sobrevuelo de los países de Europa Occidental, la estructura política vuelve a ser la de la guerra en Libia. Estados Unidos permanece en un anonimato que, esta vez, no convence a nadie, y los platos rotos en política internacional lo pagan los europeos. Ya ni siquiera cubiertos por el paraguas de la OTAN.

La guerra de Malvinas


F. Galtieri
Rebobinando la historia de estos últimos años, la guerra de Malvinas me parece que tiene algo en común con la guerra en Libia. Y más allá de si existió una voluntad explícita por parte de sus participantes, es seguro que los ingleses no podrían ir, ni haber ido, más allá de lo que Norteamérica decidiera permitirles. El famoso guiño a Galtieri y los resultados finales de la contienda, no hacen más que confirmarlo.

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