Es necesario que
se legisle seriamente sobre la eutanasia o al menos sobre el derecho a morir cuando
uno ya está muerto.
Reconozco que aquí
la palabra eutanasia no está siendo usada de modo correcto. La eutanasia
se aplica a gente viva, no a cadáveres. Y aquí de lo que se trata es de
personas muertas mantenidas en una especie de embalsamamiento activo o como se
deba llamar a un procedimiento por el que los cadáveres mantienen su
temperatura y su aspecto y no se corrompen.
Los verdaderos muertos vivos |
La suspensión de
los procedimientos supuestamente médicos
no sólo deberían ser decididos por un familiar o por el mismo difunto si dejó
por escrito qué se debía hacer con él en el caso de muerte cerebral. Tiene que
haber alguna clase de decisión por parte de los médicos o del mismo estado. Sé
qué difícil es evitar que se cometan barbaridades cuando se trata de tomar
decisiones sobre las vidas ajenas pero si un estado deja que se las cometan, es
porque de hecho ya las está haciendo, y una ley más o menos no le va a modificar
la idiosincrasia.
Los
muertos que producen ganancias
Y mientras tanto
hay montones de camas que sostienen cuerpos sin cerebro, oxigenados
mecánicamente que mantienen la temperatura y que son una triste maqueta de lo
que fue una persona. Esos pobres cuerpos muertos vivos siguen, eso sí,
produciendo dinero a las instituciones que los conservan. Los servicios sociales siguen pagando fortunas para
mantener vivo a un muerto, lo que no es más que una estafa de una enorme
crueldad, lo que se dice, una indignidad.
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