Hay
muchos que decidieron colaborar con las autoridades. O tal vez hacer lo que las
autoridades no hacen.
Como
ejemplo de esta actitud voy a tomar la caza al pedófilo porque en estos tiempos se ha puesto de
moda. Si es que de moda se puede hablar ante una actividad tan dudosa como
esta.
Linchamiento virtual |
El vigilante, el investigador virtual, el futuro héroe popular sale en búsqueda del pedófilo,
horrible personaje que deambula por la web a la caza de niñas y niños
desprotegidos, que se vuelve entonces y aunque no lo sepa: el cazado.
Nadie
podría en su sano juicio apoyar a los pedófilos ni los terribles daños que
pueden producir en la psique o en el mismo cuerpo de los niños. Ni siquiera se
trata de argumentar sobre su condición. Sólo se trata de los derechos humanos
de las personas comenzando por el principio de inocencia.
Está
claro que para salir en cruzado de la boludez a defender la justicia, por el
camino que fuera, lo ideal es buscar
algo simple, fácil de aceptar por todos y que no dé lugar a suspicacias o
incomprensiones. Y sobre todo se trata de no correr ningún riesgo como
sucedería si uno tuviera la feliz idea de atacar vía web a una pandilla
policial involucrada, por ejemplo, en la droga o la prostitución.
Pero
aún así no todos están en condiciones de hackear
cuentas o hacerse pasar por una doncella o un doncel pre-puber para tender una
trampa al pedófilo. Así que el valiente cruzado se ve rápidamente rodeado de
una nube de bienpensantes que lo acompañarán, cual turba enardecida clásica, en
la construcción de la pira en la que se quemará al réprobo. Sin antes, por
supuesto, haber probado nada.
Que
las autoridades no son confiables, es una verdad de Perogrullo. Pero las buenas
intenciones tampoco hacen confiable a nadie. Y eso si consideramos que
dedicarse a la caza al hombre sin mayores pruebas se puede considerar una
actividad bienintencionada, cosa qué, en
realidad, dudo sobremanera.
Para
los que de todos modos tienen dudas sobre el comportamiento de un chateador o
de una página web, y aún más si duda del comportamiento que podrían tener las
autoridades al respecto, es recomendable dirigirse a alguna fundación dedicada
al tema que seguramente dispondrá de la capacidad de investigación y de acción
jurídica correspondiente para proteger a los niños minimizando el riesgo de
ajusticiar a un inocente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario