El Blog de Emilio Matei

jueves, 21 de febrero de 2013

La tragedia Griega


Hace frío en Grecia. Un invierno más, el cuarto desde que la crisis devasta el país. Los buitres del liberalismo económico tapan el poco sol que se ve en esta época del año y, tal como viene la cosa, taparán también la primavera que se aproxima. Pero a lo mejor en la calidez de la primavera se pueda respirar un aire un poco más puro. El de hoy es infecto, tóxico y portador de una bruma maloliente cuyos efectos todavía no se conocen.

Hace frío en Grecia y en las grandes ciudades, en Atenas y en Tesalónica, la gente no tiene dinero para comprar combustible. Y entonces quema lo que puede. Muebles viejos y no tanto decorados con barnices y pinturas de vaya uno a saber qué composición, quema también toda la basura combustible y la madera verde de árboles añosos de lugares que hasta hace poco eran considerados santuarios y ahora, sin quién los cuide por los despidos que engrosaron la cohorte de desocupados, son un triste suministro, por muy poco tiempo, de madera húmeda para mal quemar en una defensa escasa contra el frío.

Cuánto del pasado de las familias, en un país cuyo pasado convive con el presente de todo Occidente, se convertirá en humo tóxico a cambio de un poco de calor. Qué le espera a esa gente el invierno que viene, cuando ni muebles habrá para quemar y cuando los bosques se hayan convertido en páramos.

Los últimos tres meses el fisco griego recibió ochenta y cinco millones menos de euros por disminución de la venta de combustibles.

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