El Blog de Emilio Matei

domingo, 16 de junio de 2013

Pierde el pelo pero no las mañas

Es curioso, en la prensa de izquierda librepensadora francesa descubrí los textos más esperanzados sobre el nuevo Papa. Francisco, con un pasado no del todo transparente durante la última dictadura militar, pero con simpatía y un cierto espíritu de barrio reflejado en su identidad futbolera, parecía proponer algún cambio en esa estructura compleja y reaccionaria en sus propios genes que es la iglesia.

Papa Francisco
En un momento en que la pedofilia, el acompañamiento y la validación de los actos de la peores derechas y una incapacidad congénita a reconocer sus errores, cualquier avance por parte de la iglesia, por mínimo que fuera, era esperado con ansiedad por la mayor parte del mundo católico. Y Francisco podía ser el encargado de modificar a ese sistema tan anquilosado en un tiempo lejano que dejó de tener apego a la realidad, en cuanto a las costumbres de estas épocas que corren, hace muchísimo, engrampado a un fundamentalismo que supone atemporal, estructurado en unos paradigmas a los que ningún analista de la historia del catolicismo podría aceptar como constantes en el tiempo.
Los argentinos, por otra parte, con nuestro tradicional espíritu triunfalista, festejábamos también la elección de este Papa, una especie de Messi de la sotana.

Pero volviendo a las esperanzas decididamente ingenuas de cierta izquierda francesa, el Papa a dado muestras de que no está dispuesto a modificar ninguno de los parámetros fundamentales de la iglesia. Invitó el sábado 15 de junio a parlamentarios franceses, una delegación de senadores y diputados que lo visitaban, a no dudar en derogar las leyes, si fuera necesario, para dar la indispensable calidad que eleve y ennoblezca a la persona humana.
Manifestación contra el
matrimonio homosexual
El Papa hizo referencia al aborto, la eutanasia, las nuevas normas de la bioética y al matrimonio entre homosexuales. Agregó, además, que es necesario insuflar a las leyes un suplemento, un espíritu, un alma que no refleje solamente las modas y las ideas del momento.

La argumentación del papa es casi la misma que utilizaron las manifestaciones contra el matrimonio homosexual que estas últimas semanas, en medio de violencia y presencias xenófobas y neonazis, hubo en París.

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