El Blog de Emilio Matei

viernes, 14 de junio de 2013

La reacción de las minorías

La simple represión, salvaje y estúpida, o la violencia contra alguna minoría, hace el efecto contrario al que se busca. Consigue aglutinar y organizar a ese mismo enemigo al que se quiere controlar. Y no hay que olvidar que ese enemigo o tiene poco y nada que perder o, si lo tiene, sabe que su lucha es terminal: o gana o pierde todo. En los dos casos se vuelve temible.

Neonazis
Las minorías, sean religiosas, raciales o de cualquier otro tipo, tienen tendencia a fusionarse con el ambiente en el que eligieron vivir. O, al menos, la gente con un pensamiento más libre dentro de dichas minorías. Los aspectos fundamentalistas de las religiones o de las costumbres que esas minorías hayan podido traer quedan para los más viejos e inadaptables y para los más atrasados desde el punto de vista cultural o social. 

Hace poco hicimos entre amigos una estadística elemental y poco amplia, es verdad, sobre la probabilidad que tenía una persona de clase media de origen judío de casarse con otra del mismo origen en la Ciudad de Buenos Aires,  y resultó ser diez veces menos probable que la de hacer pareja con una persona del origen predominante en Argentina, es decir, católico. Más o menos la misma probabilidad de no hacer pareja con alguien que no sea de origen español o italiano, que fueron las inmigraciones más masivas.

Taliban
Pero hubo períodos en la historia en los que el sólo apellido que pudiera delatar un origen judío alcanzaba para caer en manos de perseguidores filonazis o ultracatólicos. Lo que casi siempre era lo mismo. Y entonces esos judíos librepensadores y ateos, se veían obligados a actuar, a veces con sus mismas parejas e hijos de un origen cristiano, dentro de las organizaciones judías. Que le ofrecían contención, organización y autodefensa. Con lo que el mundo judío se reforzaba con muchos más cuadros, casi siempre superiores a los que naturalmente habría tenido. Como se ve, los grupos más reaccionarios y xenófobos contribuían a crear un enemigo a sus intereses más fuerte y mucho más orgánico.


Hoy en día la Europa xenófoba y muchas veces neonazi crea, como en los ejemplos que di antes, un comportamiento mucho más peligroso de europeos de origen árabe y africano. En los últimos años la cantidad de árabes de origen europeo que luchan en Afganistán con los Taliban se decuplicó. No estoy en condiciones de verificar este dato que apareció en la prensa francesa, pero todo me hace pensar que es más que probable. Sobre todo teniendo en cuenta atentados que se hicieron tanto en Estados Unidos como en Inglaterra y en Francia, que fueron llevado a cabo por gente nacida en esos mismos países. Gente que desde la más tierna infancia es atacada, menospreciada y segregada dentro de sus propios países de nacimiento en base a una disparatada ius sanguinis constitucional que aparece puesta en acción.

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