El estado cobra impuestos y los
devuelve en forma de infraestructura y servicios.
En países donde existe el
impuesto al valor agregado, IVA, el impuesto lo pagan todos. Y para los
consumidores en particular, es casi imposible evadirlos. Más cuando se trata de
mercaderías de alto consumo como las bebidas sin alcohol o los productos
alimentarios de gran producción industrial.
Pero hay otra forma en la que el
estado puede devolver los impuestos, no sólo las que menciono al principio, y
es en forma de subsidios.
No todos los subsidios, claro,
son complementarios de los sueldos. Los más significativos son los que afectan
los precios de la energía y del transporte.
Decirlo aquí no implica un gran
descubrimiento. Aunque no es tan seguro que su incidencia se cuantifique cuando
alguien se refiere al poder adquisitivo de los salarios argentinos frente a los
de países vecinos o a la relación entre poder adquisitivo e inflación. Como
insiste semanalmente el mailing que
realiza el Banco de la Ciudad ,
en sus voceros de la derecha macrista.
Muchos de los que se quejan de
los subsidios y dicen que no los necesitan porque atentan contra la libertad de
mercado, se enriquecen mediante el pago de salarios que son posibles sólo por
la misma existencia de los subsidios que rara vez aparecen explícitos en las
discusiones paritarias. Sus fábricas y negocios, entonces, también los tienen
o, como mínimo, hacen usufructo de ellos. Una cuota de subsidio por cada
empleado que tienen. Lo que no resulta en un pequeño beneficio, ¿verdad?
Alumnos de colegio privado |
Otras quejas se refieren a
aumentos de prepagas y colegios privados. Sus aumentos muchas veces se usan
para calcular la inflación. Lo que no debería ser así. Las personas que los
usan en lugar de patalear por lo que les cuestan sus privilegios deberían
preocuparse por exigir al estado que cree mejor medicina social y mejores
colegios.
El cambiar dinero por
privilegios es un derecho en la sociedad capitalista, pero no es un deber del
estado protegerlos o regularlos. Allí sí que la oferta y la demanda deben
quedar en libertad. Aunque tampoco va a ser una libertad verdadera porque los
empleados de esas empresas privadas seguirán siendo subsidiados por el estado.
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